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LA DISYUNTIVA: Ser o no ser / Garavano, más sucio que una papa / El Pentágono y sus alcahuetes apuntan a Nicaragua

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Ante los caminos que se bifurcan. El autor exhibe en toda su crudeza la disyuntiva que recorre al Frente de Todos: ser fieles a las enseñanzas que dejaron los gobiernos de Néstor o Cristina, o claudicar, doblegarnos a las políticas neoliberales que de proseguir llevarán al estallido de la nación y a la disgregación y esclavitud (en el mejor de los casos) del pueblo argentino. Lean con atención y háganse cargo.

El Caso Viola: Garavano está más sucio que una papa. Ari Lijalad es parte de la camada de buenos periodistas todavía jóvenes y de los mejores de ellos. No lo tengo tanto a Franco Mizrahi pero es compañero habitual de aventuras de aquel y por lo tanto digno de la mayor confianza. Ambos están abocados a demostrar la obscenidad de una trama de espionaje tan ramificada que comprendía a los propios (que ahora se hacen los distraídos, váyase a saber en qué los tendrán agarrados) y llegaba hasta el jefe directo del secretario de Inteligencia, al que aquel definió como «el más pillo de todos». Un nuevo capítulo de la saga en la que, adelanto, que no «spoleo», quedarán estupefactos al enterarse que no solo Casal sigue siendo Procurador nacional y Stornelli fiscal federal, sino que el todavía juez Borinsky, el mismo que se reunió 16 veces con Macri en la quinta de Olivos, sigue teniendo la causa todavía abierta a causa de la inexistente reunión del juez Casanello con CFK en ese mismo lugar. El Poder Judicial es joda.
(La nota reafirma que a diferencia de unos hijos, que transó, el empresario Lázaro Baéz mantuvo en la cárcel una conducta. Como soy chapado a la antigua, me da gusto destacarlo. No todo es igual).

Más y buena información acá: Garavano intentó borrar las huellas de las visitas que recibía.

Apunten contra Nicaragua. Hace rato me vienen advirtiendo que el Pentágono, como advierte que el presidente Biden no está dispuesto a atacar a Venezuela ni -muchísimo menos- a Cuba, ha enfocado sus cañones sobre Nicaragua. Absorbido por otras cuestiones me dormí, y fue Patricia Bullrich quien me despertó al acudir al pie de Joaquín Morales Solá (¿Puede concebirse un dúo que siga más a pie juntillas los dictados de La Embajada?) y verbalizar la nueva consigna. Ya no es «No queremos ser Valenzuela» (a la que no se deciden a enfrentar, puesto que no han logrado fracturar a sus fuerzas armadas y porque su base de operaciones para ello, Colombia, está en llamas) y los corifeos del Imperio ya han comenzado a recitar la nueva consigna.

La primera en reaccionar fue Alicia Castro:

 

 

 

 


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Un comentario

  1. Mi. nombre es Omar y estoy agradecido por la posibilidad de informarnos con el aire puro de la libertad. Lo escucho tambien los domingos en el Gato Escaldado. Siempre esten

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