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OBRAS PÚBLICAS, INFRASTRUCTURA Y PLANIFICACIÓN. La anarquía de la derecha neoliberal, fuente de pingües negocios

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POR OSCAR BALESTIERI (*)

La “forma” de un gabinete, es una clara señal de las ideas y propuestas de un gobierno, pues existen distintas alternativas o “formas” de un gobierno. En esta oportunidad nos limitaremos al sector de planeamiento, infraestructura y obras públicas que es en el que por su extensa vida profesional quien escribe puede opinar con conocimiento y experiencia.

Los gobiernos peronistas, desde los históricos hasta los que dirigieron los asuntos públicos desde 2003 a la fecha, han dado importancia a la planificación, a las obras publicas y de infraestructura, porque son una poderosa herramienta de definición del rumbo de un gobierno, del perfil que se busca para la Nación y, fundamentalmente, por ser formidables instrumentos de distribución de la riqueza generada por la producción y captada mediante los impuestos. De acuerdo a nuestro proyecto de nación y a nuestra idea de sociedad, a través de las obras públicas y la creación de infraestructura estos gobiernos han tradicionalmente destinado mayor inversión a los sectores sociales y territoriales postergados y necesitados de mayor desarrollo.

Para poder ejecutar políticas en esa dirección, corresponde formar un ministerio donde se reúnan todas las acciones que inciden en esas áreas. Es condición necesaria, aunque no suficiente, destinarle recursos en proporción a la importancia que se le asigna al mismo.

Desde el primer día de gobierno de Néstor Kirchner se formó un ministerio de planificación, que reunía y organizaba todas las áreas necesarias para una adecuada planificación y ejecución de infraestructura, vivienda y obras públicas.

El presupuesto que le fue asignado año a año, aumentó llegando a cifras que superan los porcentajes de cualquier gobierno anterior.

¿Cual es ha sido la propuesta de la Alianza Cambiemos? ¿Cuál es la señal que da, en la misma organización del gabinete, el inminente gobierno del señor Macri? En primer término, desaparece de la estructura gubernamental un ministerio que planifique y ejecute todas las áreas de infraestructura y obras publicas. Sus incumbencias o sectores, se reparten en varias otras áreas ministeriales.

¿Esto es nuevo? ¿Este es es el cambio? Respecto a un gobierno que tenía a la planificación como un eje fundamental de la gestión, es en efecto, nuevo, si por “nuevo” puede denominarse a una vuelta al pasado (y no, justamente, a los mejores momentos del pasado).

La “forma” del gabinete de Cambiemos reproduce las ideas de los neoliberales como Cavallo, quien hizo lo mismo cuando fue el superministro, llegando a poner a todos los sectores ¡dentro del Ministerio de Economía!

Cavallo y los neoliberales que siguen sus pasos tienen la idea de que las obras publicas constituyen un “gasto”, por lo que, en consecuencia, resulta conveniente que estén bajo el control de quien maneja la economía.

La desaparición de la idea de “planificación” de la propuesta de formato ministerial obedece al que el pensamiento neoliberal que domina es que el “mercado” asigna recursos y orienta las inversiones…

También ocurre que la dispersión de tareas atenta con la eficiencia de la inversión pública: todas las áreas de infraestructura están o deben estar interconectadas. Es así que si, por ejemplo, se avanza en la construcción de centrales térmicas, hay que pensar en combustibles, en puertos, en caminos; si se invierte en viviendas, hay que acompañar con escuelas, hospitales, trabajo, medios de comunicación y transportes…

La experiencia que vivió la Argentina, con el mercado asignando recursos para el sector puede mostrarse con mucha contundencia como un fracaso absoluto: inversiones concentradas en los sectores ricos del país, superposición de obras, que se anulaban entre sí (en un momento, en el año 2000, el centro de la CABA,vivió una intensa inversión en enterrar fibras ópticas o conductos para comunicaciones, que parecía un fabuloso negocio, pero terminó pasando como con los parripollos: no había mercado para tantos. Fue así que enormes inversiones en redes quedaron enterradas sin uso.

Los recursos para inversión en obras son siempre escasos, mucho más en un país tan extenso como el nuestro, por eso la planificación es tan importante.
La planificación está ausente del discurso de Macri, la dispersión del sector en varios ministerios es un reflejo de este pensamiento, el panorama para el sector es sin duda negativo.

Todo hace suponer que ocurra lo de la flamante plazoleta central de la avenida San Martín: no se había terminado de construir en un extremo cuando ya era destruida en el otro para la construcción de un carril exclusivo de colectivos, alias Metrobus.

*​ Arquitecto, ex subsecretario de Vivienda del gobierno bonaerense de Antonio Cafiero.​


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2 comentarios

  1. Siempre leo con tristeza la mala aplicación de la palabra anarquía, siempre vinculada al descontrol, esta mala relación nació con la canción «Anarchy in the U.K.» De Sex Pistols, saludos…

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