SUICIDIO DEL FISCAL NISMAN: Roma no paga traidores. ¡Hay que reabrir la causa de la Embajada de Israel!
Foto 1: Esteban Canevari, el Nisman de la Embajada de Israel. Hace 17 años que hace la plancha bancado por la Corte e Israel. Excepto ésta, no hay fotos suyas en internet. Se diría que es clandestino. Foto 2: La supuesta F-100-bomba de la Embajada de Israel fue el primer vehículo-bomba invisible de la historia.
¡Atención! Esta nota ha sido actualizada con una extensa respuesta a un lector que abogó por la hipótesis del autoatentado. Se recomienda leerla. JS
Así como no podía ir a Teherán y acusar al ex presidente Rafsanjani sin hundirse en el ridículo, Nisman no podía ir al Congreso a acusar a la Presidenta CFK.
Diez años viviendo a cuerpo de príncipe del cuento, con la única función de evitar que se investigara quienes y por qué pusieron las bombas.
Y es que Nisman no tenía nada más que el humo que le dio Stiusso. Acorralado, sabiendo que se le acababa el curro, decidió librarse del bochorno.
Entregarse en cuerpo y alma a los servicios, hacer de chirolita de la CIA y el Mossad, no suele resultar gratis: Roma no paga traidores.
Quedará para otros seguir sosteniendo el timo de las camionetas-bomba, los choferes libaneses suicidas… la supuesta instigación de Irán.
¡Es muy fácil darse cuenta de que en la Embajada no hubo coche-bomba! Hasta el experto de la policía de Tel Aviv Jacob Levy lo dictaminó.
¡Hay que reabrir la causa del atentado a la Embajada! ¿Alguien recuerda que su «Telleldín» fue Roberto Barlassina?
Barlassina (del que nunca se publicó una foto) dijo que su negocio en la Avenida Juan B. Justo estaba cerrado por vacaciones, pero que un sábado por la mañana abrió para pintarlo, y cayó un extranjero de gorra y anteojos oscuros que le compró la F-100 a un precio muy superior al de mercado y en efectivo. ¡A otro perro con ese hueso!
Nadie sabe como la Federal colectó las piezas de una F-100 que, por cierto, era de un fotógrafo de la propia repartición. Nadie la vio. Fue la primera vez que los restos de un vehículo-bomba no fueron identificados con facilidad en el lugar del ataque.
Por cierto, el Nisman de la Embajada es Esteban Canevari, el mismo que hizo zafar a Amira Yoma de la causa de las narcovalijas, como bien explicó la entonces estigmatizada jueza María Romilda Servini de Cubría.
Amira había sido íntima de Monzer al Kassar, el principal sospecho de haber ordenado el bombazo, quien ese día (martes 17 de marzo de 1992) hizo una fiesta en su piso de la Avenida del Libertador.
Canevari está bancado por la Corte Suprema desde hace 17 años.
Se va a jubilar de encubridor.
No hay fotos suyas en internet (excepto la que aquí se publica) ni en Facebook. Se diría que vive, bien, pero clandestino.
Sin que a nadie le interese preguntarle a qué se dedica.
Si la causa Embajada está dormida desde hace 17 años, es desde el momento en que se presentó la pericia más fuerte, la que indica que fue una “implosión”.
Luego, resulta casi ridículo pensar en un agente extraño a la Embajada ingresando explosivos sin ser advertido por la seguridad. No era la embajada de Letonia, sino de Israel, un país especializado en terrorismo (sobre todo en la práctica).
Así que esa imagen de Al Kassar festejando me resulta bastante ambigua. ¿Un atentado organizado por un traficante de armas sirio, luego encubierto por Israel?
La única hipótesis razonable es que esto fue “trabajo interno”, interna israelí para petardear los conversaciones Rabín/Arafat.
De hecho, dichas conversaciones fracasaron y a Rabin lo pasó a mejor vida un ultra de su comunidad.
Lo de la AMIA permite otras lecturas (la que sugerís de “ajuste mafioso”), pero si vinculamos a ambos atentados y el modus operandi debería pensarse en la hipótesis israelí.
Un fiscal recibiendo instrucciones del Mossad no es lo más recomendable para investigar de manera independiente.
Por absurdo que parezca (lo que no invalida de por si ninguna hipótesis) las medidas de seguridad en la Embajada eran (es bueno recordar que se estaban haciendo refacciones en el edificio) prácticamente inexistentes, tal como me confirmó uno de los contratistas en un club judío de Tristán Suárez, y también Dalila Dujovne, ex empleada de esa legación diplomática a la que fue a comienzos de 1992, precisamente, a advertir que tenía noticias de que se estaba preparado un atentado contra una institución judía. Dujovne me lo dijo con perceptible sorpresa. Pero lo que prueba rotundamente que no había medidas de seguridad es que todavía hoy suele publicarse que los muertos fueron 28 cuando sólo están registrados veintidós. Por un lado, parece que no se llevaba un registro muy cuidadoso de los albañiles bolivianos que hacían las reformas, por otro, la Embajada se vació de gente a eso de las 14. El propio embajador Shefi, que se había ido poco antes de la explosión (luego de constatar que uno de los policías federales de custodia se había ido sin avisar y el otro no se había presentado) estimó en un principio que los muertos eran unos cuarenta. Y conste que entre los 22 muertos no hubo ningún funcionario importante de la embajada (la de más «rango» fue la mujer del vicecónsul) y si varios bolivianos y un cura católico de la iglesia de enfrente. Algunos conjeturan que hubo un aviso previo de los propios terroristas. El canciller Guido Di Tella le dijo a La Nación que ese día estaba previsto que tuviera lugar en la embajada una reunión regional de Shin Beth, el servicio de seguridad e inteligencia del que depende la custodia de las embajadas, y que a último momento se pasó al Hotel Sheraton. En cuanto a Monzer al Kassar, cuya presencia en la Argentina era conocida por Menem (que le había ordenado a la Policía Federal que lo siguiera a distancia, sin molestarlo) la voladura de la Embajada hizo que -hecha pública su presencia por un particular ligado a la Embajada del Reino Unido- el Gobierno de Menem entrara en pánico y lo expulsara. Creo que vale la pena recordar que Al Kassar era entonces socio tanto del acorralado Pablo Escobar como del judío británico Judah Eleazar Binstock, el mismo que a mediados de los años 70 proveyó de armas a la Triple A de José López Rega y que entonces se dedica a comprar el suelo de media ciudad de Marbella. Y vale recordar también que hasta la invasión de Panamá por los EE.UU., Pablo Escobar y sus socios del Cartel de Medellín «lavaban» el dinero obtenido por las ventas de cocaína a través de una red de sinagogas e instituciones judías de la Costa Este de los Estados Unidos.
Primero, gracias por contestar.
Segundo. Justamente vos mismo ratificás que las medidas de seguridad eran precarias. Pero, si bien la lista de 22 sólo 8 tenían vínculo con la Embajada, curiosamente los responsables de la seguridad no estaban dentro del edificio ni en la puerta. Raro.
De todas maneras, me parece creíble tu hipótesis del ajuste de cuentas mafioso por temas de droga y lavado y que podría explicar la renuencia israelí a que se aclare este atentado
Que cerraría aún más si le agregamos la muerte sospechosa de Carlitos Jr.
Saludos
Juan, espero leet tu hipótesis de la muerte de Nisman…, Quién? Cómo? Y la «Inteligencia»?
Y ahora?
Abrazo
También el fallecido comisario inspector Jorge Colotto declaró en la causa embajada que un día antes había estado reunido con el agregado de temas de defensa por la compra de armamento israelí para la PFA, y que en esa ocasión se había sorprendido por la falta de medidas de seguridad, especialmente con el personal a cargo de las reformas.
Otros sugieren que lo que explotó en la embajada era una parte del misil Cóndor, desviado a ese edificio justo antes de que partiera rumbo a Damasco por obra de Al Kassar y quizás de Yabran. Negociaciones de último momento entre la embajada yankee y Menem habrían abortado la transacción, aunque Monzer les dejara por regalito la cabeza de misil activada… Creer o reventar.
Pájaro, la pista que hay que seguir es la que dió Di Tella a La Nación: la pista del Shin Bet. Este organismo es el que se encarga de la seguridad interior de Israel, incluidas las embajadas y edificios del país en el exterior. También se ocupa, desde 1967, de las tareas de inteligencia en los territorios ocupados. Y por supuesto, es el organismo que debió otorgar protección y seguridad al Primer Ministro Rabin. Te transcribo un párrafo de El País (20/11/95) «Las investigaciones sobre el asesinato del primer ministro Isaac Rabin no dejan de sorprender a los israelíes. Ahora existe la sospecha de que un estrecho amigo de Yigal Amir, el asesino, era un, presunto agente del Shin Bet (servicio de seguridad) cuya misión era infiltrarse entre los grupos ultrajudíos». La cuestión que debe plantearse es ¿cómo reaccionaron los cuadros del Shin Bet ante la política de paz llevada adelante por Rabin? Eran estos muchachos los que habían trabajado en los territorios ocupados durante más de 20 años, los mismos territorios que iban a ser devueltos a los países árabes. No hay que olvidar el antecedente de Francia: cuando De Gaulle cambió de política y se pronunció a favor de la autodeterminación argelina, numerosos veteranos de las guerras coloniales reaccionaron conformando la OAS y realizando numerosos actos de terrorismo.
Muy buen análisis, permiso, lo comparto, saludos !!!
Muera la mafia, heredera de Masera y Videla, Shineildin y otros putos «héroes de Malvinas», Viva Cristina, C.A.R.A.J.O………!!!!!!!!!!