TERRORISMO IMPUNE: El cruento bombardeo de la Plaza de Mayo en una investigación insoslayable
Este domingo a las 16 seré uno de los presentadores de El Bombardeo (del 16 de junio de 1955) en la Feria del Libro, una investigación del hoy desmantelado Archivo Nacional de la Memoria (ANM) perteneciente a la Secretaria de Derechos Humanos en aquella época feliz en que ésta tenía al frente a Eduardo Luis Duhalde y aquél a Ramón Torres Molina. A quienes Néstor Kirchner consideraba «bronces», es decir, próceres.
En estos tiempos aciagos, dicha investigación, a mi juicio de una importancia capital, ha sido reeditada por Colihue, la editorial que ha publicado también el que todavía es mi último libro, La infAMIA. Con mucho tino, la editorial le ha agregado un subtítulo muy preciso: «El mayor atentado terrorista de la Historia Argentina».
Porque fue entonces cuando se originó el moderno Terrorismo de Estado. Lo que es necesario destacar y recalcar una y otra vez a fin de contrarrestar la acción confusionista de tantos gaznápiros que repiten como loros que la violencia política comenzó con el secuestro y muerte del dictador fusilador, Pedro E. Aramburu.
Escribí mucho sobre esta investigación aquí en Pájaro Rojo, aquí y aquí, con textos propios, y de Carlos Hugo «Gogo» Morete y Ernesto Jauretche, y no veo motivo para repetirme.
Solo quiero dejar aclarado que la investigación fue hecha por un equipo coordinado por Rosa Elsa Portugheis y conformado por Ricardo Yacomini, Cecilia García, Gabriel Roth, Carlos Flaskamp, Marcelo Gil, Mariano Fatala, Gogo Morete, Enrique Sokolowicz, Liliana Bacalja, Ricardo Ragendorfer y quien escribe.
Ragendorfer y yo fuimos los redactores. Y repetimos ahora a coro que estos bombardeos fueron nada menos –-junto a algún antecedente menor y a los fusilamientos al margen de la ley hechos un año después –del hecho fundante del moderno Terrorismo de Estado, sin cuyo estudio es imposible entender la reacción juvenil que se produjo una década larga después ante una nueva dictadura. Que continuó la proscripción del peronismo y proclamó su intención de eternizarse hasta conseguir su extinción y también la de la izquierda.
Sin lo cual tampoco puede entenderse la decisión de los tiranos de exterminar a los rebeldes.