VIOLENCIA – UN PUNTO DE INFLEXIÓN. Los ataques al convento del Docke y a la redacción de Tiempo Argentino merecen una fuerte respuesta
El cura Paco Olivera hizo un buen relato del desquicio que una patota, muy posible de los servicios, hizo en el convento de la isla Maciel, Dock Sud, Avellandea, y una lista de los valiosos elementos que se robó. Olivera recibió recientemente allí a Cristina, lo que todo indica motivó el ataque. Horas depués se produjo el ataque de una horda patronal contra la redacción del semanario cooperativo Tiempo Argentino, que rompió todo lo que pudo, incluyendo paredes, servidores y cables. Al respecto, las imagenes que vi a medianoche en Telefé (¡vean el micro!) son muy elocuentes. Veo después a Juan Alonso y a otros compañeros de Tiempo, entrevistados por Víctor Hugo en C5N. Alonso describe al grupo de embozados barrabravas que irrumpieron en la redacción en medio de una noche de tormenta y con alevosía, la presencia del supuesto dueño (que nunbca pago un alquiler ni un sueldo, ni siquiera un mísiero jornal) Mariano Martinez Rojas y la presumible existencia de un área libre o zona liberada por parte de la policía (algo bastante obvio, según lo que cualquiera puede apreciar).
Es un parteaguas. Si los responsables, ostensiblemente protegidos por la Policía Federal, no son identificados y van presos, se habrá abierto una época de impunidad, un coto de caza como el que hace tiempo soportan los indigentes por parte de patoteros al servicio de la ciudad. Por suerte, ahora tenemos el SIPREBA (Sindicato de Prensa de Buenos Aires) para el que lo ocurrido, estoy seguro, será un causus belli. Hay que parar a los fascistas ya mismo o rendirse. Es un momento de unidad y lucha.