EMBAJADA DE ISRAEL. La Corte soslaya la prueba determinante… que ella misma pidió. Hoy, un nuevo festival de hipocresía.
Extracto de un escrito de José Petrosino.
La prueba clave y determinante del todavía inesclarecido bombazo en la Embajada de Israel en 1992 es soslayada por la Corte Suprema. Se trata de a Audiencia Especial de Compatibilización de Pericias realizada el 15 de marzo de 1997 con el objetivo de establecer el epicentro de la explosión y cuestiones afines. Contó con la participación, por un lado, de los 3 ingenieros peritos designados por la Academia Nacional de Ingeniería a pedido de la Corte en 1995, para que realizaran 2 pericias científicas para establecer el lugar de la explosión que hasta ahí era controvertido. Estos expertos habían entregado los resultados de ambas pericias en agosto de 1996. Coincidían en que la explosión había sido en el interior del edificio, probablemente en el vacum de la puerta principal que, anulada como tal, se usaba como depósito para los materiales utilizados en las refacciones en curso. Frente a ellos estaban los peritos de Gendarmería (Osvaldo Laborda) y de Bomberos (Juan Carlos López) que en función de un hoyo (falso cráter) aparecido en la calle Arroyo frente a la puerta de la Embajada y unas pocas partes de una pick-up Ford, ostensiblemente plantadas, pretendían que se había usado un coche-bomba.
Peritos israelíes (Jacob Levy, de la Policía de Tel-Aviv, que había informado de la absoluta inexistencia de indicios que permitieran suponer que el vector había sido una camioneta-bomba) y de los Estados Unidos que habían opinado del tema y fueron invitados, no se hicieron presentes.
En las 12 horas de debates los ingenieros peritos de la Academia demolieron completamente los argumentos de Laborda y López y probaron que el hoyo (falso cráter), no estaba en el lugar hasta varios días después de la explosión.
Este resultado adverso para los sionistas fue la razón, de la amañada «crónica» de La Nación («Embajada: la audiencia no aclaró contradicciones») sobre una audiencia especial que se realizó en secreto y cuyas conclusiones fueron guardadas bajo siete llaves. Sin embargo, amigos que el dirigente neonazi Alejandro Biondini tenía en la Corte le filtraron sus actas, y Biondini las publicó en su sitio web. Dichas actas todavía pueden ¡y deben! ser leídas. Están aqui.
Dicha audiencia acarreó el fin de toda investigación. La Corte Suprema fue obligada a dejar la instrucción en manos de una «Secretaría Especial» cuya cabeza fue Esteban Canevari, quien cumplió el mismo papel respecto a esta causa que el suicida Nisman en la de la voladura de la AMIA: ceñirse a lo que en 1999, antes de que Carlos Menem dejara la presidencia, la «mayoría automática» + el viejo carcamán Carlos Fayt, con la disidencia de los ministros Enrique Petracchi y Augusto Belluscio, establecieron que se había usado una camioneta-bomba y que Hezbolá había sido el perpetrador, y congelaron completamente la causa que desde entonces no avanzó ni un milímetro, tal como es público y notorio.
Hoy, en el festival de hipocresías que el sionismo monta todos los años para la ocasión en la esquina de Arroyo y Suipacha, volveremos a ver el penoso (y ahora con el PRO más penoso todavía) espectáculo de los funcionarios de turno, que pondrán caras de compungidos y dirán que, ahora sí, se va a investigar en serio», y la embajadora de Israel que se deshará en loas a «lo hecho por la Corte», y todo con la claque miserable de los medios que cubrirán el acto.
Cuanta mentira junta!!!
A 24 años del atentado a la Embajada de Israel se sigue embarrando la cancha y usando esta causa y la de la AMIA con claros objetivos geopolíticos, en complicidad con los sectores belicistas de EEUU e Israel. Mientras esto sea así no habrá verdad ni justicia para los familiares de las víctimas:
http://kontrainfo.com/?p=241