INVASIÓN UCRANIANA A KURSK: Los analistas no ven cuáles pueden ser los objetivos militares
La operación de Kiev sólo parece tener el objetivo de que no se detenga la llegada de dinero de Occidente
El 6 de agosto pasado –aniversario del bombardeo atómico estadounidense a Hiroshima al final de la Segunda Guerra Mundial– fuerzas militares ucranianas, que se calculan entre 10 y 20 mil efectivos, con tanques, blindados y equipos occidentales, entraron en la región rusa de Kursk. Tomaron aldeas, destuyeron los edificios administrativos de estas poblaciones rurales e hicieron prisioneros a quienes no pudieron escapar a tiempo: civiles, guardias de frontera y policía local. Algunos de los prisioneros fueron llevados inmediatamente a Ucrania, donde seguramente serán usados como escudos humanos –como ocurrió en Mariupol y otras localidaes del Donbás– y otros permaneceran como rehenes en las aldeas tomadas, para dificultar el ataque ruso para recuperarlas.
La región de Kursk tiene poco más de 1 millón de habitantes en 29.800 kilómetros cuadrados –superficie algo mayor que la de Tucumán– y fue en sus tierras que se libró en julio y agosto de 1943 el combate entre el ejército nazi y el Ejército Rojo que selló el destino de la Wehrmacht en el Frente Oriental. La entrada de las fuerzas armadas ucranianas a Kursk inmediatamente ha reavivado el recuerdo de aquella batalla histórica. Si Zelensky –o sus tutores occidentales– calcularon que van a poder usar la toma de aldeas en Kursk para negociar con más fuerza, parecen haberse equivocado.
Los analistas militares de la revista TopWar han analizado qué objetivos militares puede tener esta operación ofensiva lanzada por Kiev y no encuentran que tenga sentido desde el punto de vista militar. Más aun cuando Kiev ha enviado a sus mejores y más entrenadas unidades, en una operación suicida, como muchas que ha ordenado el liderazgo ucraniano.
Ahora bien, el objetivo propagandístico de cara a Occidente parece que está cumpliéndose con creces. Los medios han vuelto a una euforia que no se veía desde los primeros tiempos de la guerra cuando presentaban a las fuerzas armadas ucranianas como vencedoras. Los informativos europeos celebran cada día los centímetros que avanzan las fuerzas ucranianas dentro de territorio ruso, como si estuvieran a las puertas de Moscú. También han mostrado un video donde una mujer, que la presentan como una habitante rusa de una aldea tomada por los militares ucranianos, se queja del gobierno de Rusia. El sentido común indica que no es fiable lo que diga una persona prisionera de fuerzas militares enemigas aunque parezca que está hablando con libertad. Tampoco hay certeza de dónde se ha grabado el video. Todo recuerda a aquellos videos que supuestamente se grababan en Siria –que se supo que usaban hasta actores y localizaciones en otros países– y mostraban «las víctimas de las armas químicas» del gobierno de Bashar-al Assad.
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