VIOLENCIA MACHISTA, pedofilia y el encarcelamiento de Milagro Sala

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Mientras se realiza la manifestación «Ni una menos» y a modo de adhesión publico esta noticia de hace un par de días, que ha mi juicio y más allá de un «pirulo» de Página 12, ha tenido menos difusión de la que merecía. Personalmente estoy en un todo de acuerdo con lo expresado por la ex diputada y ex embajadora Juliana Marino acerca que no concibo que la manifestación no lleve a la cabeza el reclamo de la libertad de Milagro Sala, presa por mujer, pobre, india y «negra» y no destaque el trato denigratorio que ha sufrido la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchern por el mero hecho de su sexo. Invito a ver este emotivo videito que pone en primer plano el problema de la violencia machista contra las mujeres. JS

ÚLTIMO MOMENTO: Luego de la nota, una carta de Milagro Sala que acabo de recibir.

Esos delitos fueron recordados hoy, Día Nacional de Lucha contra el Abuso

Paraguay: Denuncian que Stroessner y funcionarios de su dictadura violaban a menores

 

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Memoria Verdad y Justicia – Télam

Casos de menores que denunciaron haber sido violadas por el dictador Alfredo Stroessner y por altos funcionarios de la dictadura que gobernó Paraguay entre 1954 y 1989, estuvieron hoy en el centro de la escena en el Día Nacional de Lucha contra el Abuso y Explotación sexual de niñas, niños y adolescentes. Una de las presuntas víctimas, identificada como Julia Ozorio, denunció en un video, difundido por el sitio del diario Última Hora que fue secuestrada en 1968, cuando tenía 12 años, y llevada a una quinta, donde la mantuvieron como esclava sexual durante dos años.

Ozorio acusó al coronel Pedro Julián Miers, por entonces comandante del Regimiento Escolta Presidencial, de mantener un harén con niñas y adolescentes de entre 10 y 15 años, que eran ofrecidas a Stroessner para ser violadas.

«Los militares cazaban niñas y las arrancaban de su hogar, a cambio de puestos en instituciones públicas a sus parientes. Nadie podía decir nada. Éramos violadas sin piedad. No querían a nadie que tuviera más de 15 años, porque decían que ya tenían los huesos duros», contó la víctima en su testimonio.

En su libro “El ultimo supremo”, el periodista e historiador Bernardo Neri Farina relató que en otras fincas de la ciudad de Asunción se alojaba a niñas traídas desde el interior de Paraguay que «eran preparadas para ser luego ofrecidas como delicias al presidente y su corte».

El presunto secuestro y violación de niñas de entre 10 y 15 años durante la dictadura paraguaya están entre los crímenes menos investigados y documentados hasta ahora, porque las víctimas sienten «mucha culpa y vergüenza», según un informe de la Comisión de Verdad y Justicia (CVJ) paraguaya.

La cuestión reapareció por iniciativa del Director de Reparación y Memoria Histórica Rogelio Goiburú luego del fallo de un jurado argentino en torno a los crímenes del Plan Cóndor, la coordinación represiva de las dictaduras de los ‘ 70, en la Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay.

Goiburú convocó a los jóvenes a acercarse a su oficina de Asunción para ayudar a investigar estos abusos contra menores y otros crímenes que están pendientes de esclarecimiento y juzgamiento.

….

En el día de «Ni una menos»

 

Ya pasó más de un año desde que se inició la campaña #NiUnaMenos. Hoy volvemos a reclamar, porque no vemos que haya políticas públicas para evitar los femicidios. Además tenemos que lamentar el cierre de programas nacionales de asistencia a las víctimas de violencia de género y que no haya planes ni acciones en ese sentido a nivel provincial.

La Argentina tiene hoy un presidente que no solo está vinculado con personajes como Raúl Martins, dueño de prostíbulos y acusado de trata de personas, sino también casado con una mujer denunciada por trabajar con talleres clandestinos que explotaban a niños y mujeres para abaratar los costos de sus prendas y continuar enriqueciéndose a costa del sufrimiento de los más vulnerables.

En la provincia, tenemos un gobernador misógino, que tiene un odio incontrolable contra una mujer negra, india, dirigente social, que cometió el error de concientizar a los pobres, a los negros, a las mujeres, de que tienen los mismos derechos que cualquier otra persona, incluido el mismo gobernador y su esposa. Hoy pago ese precio, encarcelada por una justicia que responde en forma directa a sus órdenes, en un Jujuy en donde han desparecido el estado de derecho y las garantías constitucionales.

No es un hecho aislado. Hoy latinoamerica está sufriendo la embestida contra mujeres que lideraron proyectos políticos que mejoraron las condiciones de millones de personas con la complicidad de una justicia patriarcal y un sistema de medios concentrado que responde al único interés de generar más riqueza y poder para ellos mismos. Por eso la condena judicial y mediática contra Cristina y contra Dilma en Brasil.

Desde las organizaciones sociales desde un primer momento trabajamos en la contención y en la reivindicación de la mujer como tal. El año pasado, cuando marchamos en Jujuy junto a decenas de organismos y distintos espacios en lo que fue la primer convocatoria de Ni Una Menos, decía que una de las tantas formas de violencia contra la mujer, más sutil que la física o la verbal, es la económica. Por eso, en las organizaciones sociales las mujeres comenzaron a tomar un protagonismo muy fuerte. El 80 % de los dirigentes de las Tupac Amaru son mujeres: en las cooperativas, en las fábricas, en varios lugares, trabajando de igual a igual con los hombres. Y esto les permitió poder vivir un poco mejor, tener la posibilidad de tener su tarjeta, de comprar las zapatillas para el hijo y que no tengan que depender de que el marido les de plata para darle de comer a los chicos. En las organizaciones sociales las mujeres tienen los mismos derechos que los hombres. Ya no vivimos en la época en la que las mujeres tienen que agachar la cabeza y estar esperando al marido con la comida caliente.

La violencia verbal duele mucho más que un golpe, daña psicológicamente. Pero las mujeres no tenemos que justificar ni que nos ataquen psicológicamente ni que nos levanten la mano. Nosotros tenemos muchas compañeras que al principio iban con la cabeza agachada y lloraban y uno le preguntaba por qué se dejaban pegar y ellas justificaban que las habían golpeado porque ellas tenían la culpa, porque no habían hecho la comida. Y en el hogar es la pareja la que se tiene que hacer cargo, no únicamente la mujer. Y hay que tomar conciencia para que de una vez la violencia se termine. Porque todos los femicidios tuvieron antes violencia verbal y golpes.

Compañeras. A continuar generando conciencia sobre nuestros derechos y reclamando que el Estado los garantice. Hoy sufrimos un grave retroceso institucional en términos democráticos. Pero nada es eterno. Las madres y abuelas nos han dado su ejemplo. Finalmente, la justicia llega. A no bajar los brazos. A seguir luchando.

MILAGRO SALA
DESDE EL PENAL DE MUJERES DE ALTO COMEDERO


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