ANTÁRTIDA / 1. Sus muchas riquezas y la importancia de la continua presencia argentina
La presencia argentina en la Antártida es el eje de una de las políticas más antiguas de la Nación Argentina. Desde 1904, el hecho de haber sido durante 40 años argentinos nativos los únicos habitantes de la Antártida, invita a afianzar el conocimiento de las actividades argentinas, pacíficas, científicas y respetuosas de los tratados internacionales y a analizar posibles conflictos entre naciones en tiempos en los que el Tratado Antártico está ingresando en una fase de descongelamiento.
Se da la paradoja que quien detenta el Poder Ejecutivo se hace pis ante ante los gobernantes anglosajones que usurpan las islas Malvinas y las han convertido en un base nuclear de la OTAN. Por primera vez en la historia, al inagurar las sesiones ordinarias del Congreso, el Presidente ni siquiera mencionó a las Malvinas, y menos a la Antártida, a pesar de haber visitado la Base Marambio, lo que hizo so pretexto de apoyar convenios internacionales contra el cambio climático… el mismo cambio que antes había calificado de «invento de la izquierda» y para avenirse a las presiones anglosajonas para que se disponga la internacionalización.
La paradoja es que los militares argentinos destacados en la Antártida, todos técnicos y científicos, votaron en su abrumadora mayoría por un admirador de Churchill y Margaret Tatcher, y cómplice de un Estado de Israel, que vota sistemáticamente en contra de las reclamaciones argentinas de soberanía sobre las Malvinas. El mismo Milei al que la reclamada soberanía argentina sobre la península antártica ostensiblemente le importa un rábano. Es más, el que le permite a las empresas que le dan servicios a los ocupantes, operar en Argentina.
El tema Antártida tiene una importancia superlativa, vital, de vida o muerte. Según algunos de los mas renombrados ambientalistas la única posibilidad de supervivencia de la especie humana se encontrrá en una Antártida que se está descongelando y que en futuro podría gozar de un clima templado y ser un vergel. JS
La Antártida como espacio geoestratégico
La presencia argentina en la Antártida constituye una política de Estado desde 1904. Nuestro país, poseedor de los más sólidos fundamentos como la ocupación permanente y el haber sido durante 40 años el único habitante de la Antártida, invita a afianzar el conocimiento de nuestra actividad pacífica, científica y respetuosa de los tratados internacionales, y a analizar los posibles conflictos entre estados, en tiempos donde el Tratado Antártico ingresa en una fase de descongelamiento.
Asimismo, la falta de conciencia marítima en la población argentina e implica un desafío estratégico a futuro. Las posibilidades de ampliación de nuestro frente marítimo hasta las 350 millas marinas, espacio rico en recursos naturales requeridos por el mundo, constituye un escenario conflictivo, donde nuevamente nuestros intereses se cruzan con los de Gran Bretaña ante la falta de resolución de la soberanía por nuestras islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur.
La Antártida debe abordarse desde una perspectiva geopolítica a largo plazo, profundizando en las condiciones económicas y en los aspectos geoestratégicos en juego y enfatizando frente al accionar británico, nuestros derechos soberanos sobre los archipiélagos australes y el mar circundante. Los acuerdos firmados en la posguerra, sumados la conducta unilateral del Reino Unido, dieron pie a una mayor presencia militar y económica de la potencia invasora en la región, una de cuyas consecuencias es la explotación desmedida de recursos pesqueros e hidrocarburos.
El futuro dependerá en gran medida por la capacidad de pensar «el asunto magno», como decía Juan Perón, en defensa de la soberanía nacional y frente a la vocación imperialista de los aliados anglosajones, Gran Bretaña y Estados Unidos.
El Tratado Antártico, reclamos y recursos naturales
El Tratado Antártico, piedra angular de todo el sistema que de él deriva, es relativamente breve, especialmente si se considera que es el instrumento jurídico por el cual se administra todo un continente. Consta de un preámbulo y catorce artículos. Los primeros cinco artículos plasman los principios del Tratado Antártico. El sexto artículo su ámbito de aplicación. Del séptimo al décimo artículo se consagran los mecanismos para aplicar los principios del Tratado Antártico y para proteger el territorio antártico.
El décimo primer artículo concierne a la resolución de controversias. El décimo segundo artículo trata las enmiendas y modificaciones. El décimo tercero la forma en que se puede ratificar o adherir, y finalmente el décimo cuarto artículo se refiere a los idiomas en que entiende como auténtico el Tratado Antártico.
El tratado fue firmado en 1959 en Washington. La República Argentina lo ratificó en 1961. Los otros estados firmantes originarios fueron: Chile, Gran Bretaña, Noruega, Francia, Australia, Nueva Zelanda como reclamantes, y Estados Unidos, Japón, la Unión Soviética y Sudáfrica como no reclamantes.
Lo fundamental del tratado es que congela todo reclamo de soberanía y prohíbe el uso militar en la Antártida. Determina que se reserve para fines pacíficos e investigación científica, pero no se impide el empleo del personal o equipo militar con esos objetivos. Es obligatorio el intercambio de información y los resultados de las mismas. Por petición argentina, prohíbe que se detonen armas nucleares. atómicas. Si bien es cierto que espíritu explícito del tratado es fomentar la actividad científica y la investigación con fines pacíficos, también lo es que desde su origen, tiende a la internacionalización del continente o cuando menos a un gobierno conjunto de los estados consultivos.
Digo consultivos y no sólo firmantes, porque los firmantes se dividen en consultivos y adherentes. Y sólo los primeros tenen voz y voto sobre las medidas que se adoptan en la Antártida, Los adherentes solo pueden concurrir y presenciar las reuniones.
Aspectos relevantes
El cuarto principio es la puesta en práctica de la Propuesta Escudero realizada por Chile en los años ’40 para buscar una solución al tema antártico.
Una redacción dirigida a resguardar las posiciones de los Estados reclamantes territoriales, así como la de los Estados Unidos y la entonces Unión Soviética (cuyos derechos fueron heredados por la Federación Rusa) y la de los Estados no reclamantes, suspendió las reclamaciones, sin que ello entrañe una renuncia a los derechos de soberanía ni a los reclamos territoriales explicitados con anterioridad al tratado Antárticon (Villamizar Lamus, 2021: 5). No hay menoscabo a los fundamentos de las reclamaciones de soberanía, ni perjudica el reconocimiento o no reconocimiento del derecho de soberanía territorial (Artículo IV, numeral 1).
En virtud de este principio consagrado en el tratado… «Ningún acto o actividad que se lleve a cabo mientras el presente Tratado se halle en vigencia constituirá fundamento para hacer valer, apoyar o negar una reclamación de soberanía territorial en la Antártica, ni para crear derechos de soberanía en esta región. No se harán nuevas reclamaciones de soberanía territorial en la Antártica, ni se ampliarán las reclamaciones anteriores hechas valer, mientras el presente Tratado se halle en vigencia (Artículo IV numeral 2).
El quinto principio, estrechamente relacionado con el primero, contiene una de las escasas alusiones ambientales del tratado. Se refiere al tema nuclear: «Toda explosión nuclear en la Antártica y la eliminación de desechos radiactivos en dicha región quedan prohibidas” (Villamizar Lamus, 2021).
Hay un principio implícito, el del consenso en la toma de decisiones, que aunque no está expresado en los primeros artículos del tratado Antártico, se infiere del artículo IX, relativo a las Reuniones Consultivas y de la Regla 24 de las Reglas de Procedimiento de dichas reuniones.
Perspectiva Geográfico-Política
Son aspectos principales la soberanía, la importancia de la península antártica y la protección del medio ambiente. Con respecto a la soberanía, los reclamos planteados por Argentina, Chile, el Reino Unido, Noruega, Australia, Francia y Nueva Zelanda, constituyen un problema complejo y de difícil solución.
La Soberanía planteada por Chile entre los meridianos 53° y 90° de longitud W; por Argentina, entre el meridiano 25° al 74° de longitud W; y, el Reino Unido entre los meridianos 20° y 80° de longitud W, generan una superposición de reclamos que afectan a gran parte de la zona reclamada por Argentina y como poco a la mitad de la zona reclamada por Chile.
Entre el meridiano 90° y 150° de longitud este hay una porción del territorio antártico no reclamada por ningún Estado, en tanto que el sector reclamado por Noruega no tiene una especificación clara de su límite exterior.
El tratado Antártico mantiene una condición de “Statu quo” respecto a las reclamaciones, sin embargo, paulatinamente, se ha ido fomentando la internalización de una suerte de “Tierra de todos” , al permitirse la absoluta libertad de tránsito y de instalación de bases científicas.
Un espacio estratégico
Al rodear al polo sur desde su territorio se puede controlar tanto la navegación marítima como la aérea por las rutas circumpolares y transpolares. La presencia de la enorme calota glaciar hace posible pensar en ricos recursos minerales, en abundante agua dulce y potable, y en la producción de energía eólica.
El estudio de las corrientes marítimas, tanto superficiales como profundas puede tener gran valor en cuanto a la pesca y las actividades submarinas. Hay estimaciones de que se pueden pescar en la convergencia antártica ingentes cantidades de krill, un crucial recurso proteico, sin poner en peligro la existencia de la especie. Para la pesca de krill se deben emplear barcos capaces de salir airosos frente a las frecuentes tempestades.
Importancia de la península
Si bien la amplitud del borde costero antártico tiene casi a 23.000 Kms. de longitud, el único lugar de esa costa que hace posible el acceso continente blanco durante gran parte del año es la Península Antártica que, al encontrarse geográfica y físicamente más lejos del polo que el resto del territorio, no está sujeta a los inhóspitos efectos del clima que se observa en latitudes más cercanas al polo y es la única zona del continente que no está permanentemente cubierta de capas de hielo y nieve.
Estas cualidades favorables transforman a la península en la puerta de entrada al continente, por lo que geopolíticamente adquiere gran importancia para el Cono Sur de Sudamérica.
Medio Ambiente y Geoeconomía
Ante la creciente contaminación planetaria, su efecto sobre la capa de ozono y la crisis climática, el continente Antártico se presenta como un pulmón purificador.
El Protocolo sobre Protección del Medio Ambiente sobre aprobó el 3 de octubre de 1991 en Madrid . Definió a la Antártida como “reserva natural”, consagrada a la paz y a la ciencia. La perspectiva geoeconómica adquiere enorme relevancia mayor frente a los recursos naturales tanto en el continente como en las aguas que conforman el llamado “Océano Austral”.
Dichos recursos naturales se pueden dividir en renovables y los no renovables.
Recursos renovables
Los principales recursos vivos del Océano Austral están constituidos por algas, peces, moluscos, mamíferos, aves marinas y krill. Las algas juegan un rol preponderante en el ecosistema como productoras de materia orgánica y para la oxigenación de las aguas, sirviendo además como refugio de diversos organismos animales y como fuente alimenticia para herbívoros de hábitos costeros. En los últimos años se registró un gran aumento de la explotación de las algas a nivel mundial, utilizándose para consumo humano directo en países como Japón, Indonesia, China, México y Chile; como fertilizantes para la agricultura; en la obtención de antibióticos o sustancias bacteriostáticas en la industria farmacéutica; y, en usos industriales como la preparación de cosméticos, néctares, conservas, mermeladas, galletas, confites, etc.
En cuanto a riqueza ictícola, en el Océano Austral existen más de 200 especies diferentes, destacándose la abundancia del bacalao, que constituye el 75% de las capturas en las costas antárticas, que ascienden a 15,5 millones de toneladas. Dado que un alto porcentaje de estas especies son de lenta reproducción y prolongado crecimiento, la Convención para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos que entró en vigor en 1982 , parte del sistema del Tratado Antártico, dispuso medidas especiales para evitar que la captura desmedida se traduzca en riesgos de extinción.
Los principales moluscos antárticos son calamares, jibias y pulpos, los cuales juegan un papel muy importante en el equilibrio ecológico, por su alto consumo de krill y por ser una parte importante de la dieta de las focas, pingüinos, aves oceánicas y peces. Los mamíferos marinos constituyen un preciado recurso, por la calidad de su piel, carne y grasa. Por ello, han sufrido una sobreexplotación que, en algunos casos, casi los han exterminado. Por lo que hoy se encuentran protegidos por la Convención Internacional para la Regulación de la Caza de Ballenas y por la Convención para la Conservación de las Focas Antárticas.
Dentro de la gran variedad de mamíferos existentes en la Antártica, se destaca la ballena azul, tanto por sus dimensiones como por su participación en el equilibrio del ecosistema, ya que come alrededor de 4 toneladas diarias de krill, alimento que, como se dijo, ganó gran importancia en las últimas décadas debido a que constituye una importante fuente alimenticia por sus altos valores, al punto de ser considerado «el alimento del futuro para la humanidad”.
La abundancia de krill está relacionada con la caza de cetáceos, mamíferos que lo consumen en grandes cantidades.. En la actualidad, apenas se extraen 90 millones de tonelada anuales por Estados Unidos, Japón, Noruega, Nueva Zelanda, Australia, Alemania, Polonia, Bulgaria, Corea del Sur, Taiwán y Chile, que las exportan.
De acuerdo a estudios del Instituto Chileno Antártico, INACH, en el año 2000 la biomasa de krill era de 5.000 millones de toneladas, de la cual se podría extraer, sin riesgo para el ecosistema, una cantidad aproximada de 150 a 200 millones de toneladas anuales (Sepúlveda, 2008: 526).
Recursos No Renovables
En los años ’70, comienza a acentuarse el interés por los recursos no renovables del continente antártico, percibidos como potenciales recursos en materia de hidrocarburos, minerales y energía geotérmica, por lo que los países miembros del Tratado Antártico iniciaron campañas activas para posicionarse mejor para discutir reglas respecto a la exploración y explotación del continente.
Ello hizo que recrudecieran las presiones para iniciar la exploración y explotación de la Antártida, aun cuando significaria casi con toda seguridad la contaminación de un continente virgen.
Según los estudios geológicos, hay grandes concentraciones de minerales estratégicos. Pero hasta hoy sólo es accesible el 2% de la superficie terrestre del continente, cimas de montes y cerros, ya que el resto esta cubierto por capas de hielo que en algunas partes superan los 3 kilómetros de espesor (Sepúlveda, 2008: 528).
En los fondos marinos hay extensas áreas cubiertas por nódulos de manganeso, debajo de los cuales se supone hay cobre, níquel y cobalto. Cuya concentración depende de la latitud en la que se encuentran depositados, siendo más alta cuando más cerca del Ecuador se encuentran. Dicho de otro modo: los nódulos detectados que están más cerca del polo sur parecieran, muestran menor contenido metálico.
En cuanto a los minerales no metálicos detectados, el más importante es el carbón. Hasta hora su explotación es irrelevante.
El mayor interés lo despertaron los hidrocarburos. Estados Unidos y Gran Bretaña, entre otras potencias, hace años que vienen desarrollado estudios científicos orientados a determinar donde se encuentran en mayor cantidad, y todo indica que es en la plataforma submarina, en la cuenca del mar de Weddell, la del mar de Bellingshausen y la del mar de Ross, mientras que esos estudios desdeñan esas concentraciones en la península.
En síntesis: los recursos no renovables presentan incertidumbre respecto a su existencia en cantidades que justifiquen la explotación, por no poderse hasta ahora a tierras que se encuentran debajo de gruesísimas capas de hielo que cubren el territorio antártico, por lo que la información disponible se basa apenas en el 2% de la superficie, situación que podría variar en la medida que avancen las posibilidades tecnológicas de exploración actualmente existentes (Sepúlveda, 2008).
En la actualidad, la principal atracción económica del continente se centra en los recursos renovables, la estimación del volumen de las especies, la importancia del krill y los riesgos a los que se expuso el ecosistema. Todo lo cual da una idea del valor geopolítico y geoeconómico que tienen el continente y el Océano Austral. Razón por la cual los acuerdos generados con posterioridad a la firma del tratado han sido en contra de la explotación incontrolada de la fauna marina y para resguardar sus recursos naturales.
La riqueza economica de la Antártida puede ser, es, un motivo de confictos internacionales de cara a cómo se distribuirán tantas riquezas.
* Magister en Historia Económica y de las Políticas Económicas (UBA). Director del Centro de Estudios para el Desarrollo Integral (CEDI). Docente universitario (UNLZ, USAL).