BOLIVIA. El MAS, herido por elecciones locales que revelaron nuevos liderazgos populares
Era previsible: Mientras la dirección del MAS casi íntegra se exilió, en el interior del país, entre los represaliados y resistentes surgió una nueva dirigencia (entre unos y otros, hubo quienes fueron presos y quienes quedaron confinados, por ejemplo, en la solidaria embajada de México) y se produjeron roces entre ambos sectores del MAS, los de interior y una dirección, instalada en Buenos Aires, que no registró debidamente lo que estaba sucediendo en el interior. No hace una semana que difundí en un grupo de whatssap de compañeros muy avispados una entrevista que le hicieron a Eva Copa, la alcaldesa electa de El Alto (foto de presentación), hasta hace poco el distrito más masista de Bolivia junto con el Chapare de Evo Morales y Andrónico Rodríguez. Copa, que permaneció en el país cuando se produjo el golpe de estado y que consiguió ser electa presidenta del Senado por el MAS, fue expulsada por su dirección, es decir por Evo Morales y Álvaro García Linera. Sin embargo, acepto presentarse bajo el manto de otra sigla prexistente y le propinó una derrota clamorosa al candidato impuesto a dedo por aquellos. Así las cosas, me llamó mucho la atención que un dirigente político de primer nivel que integra el referido grupo de whatssap me reprochara la difusión de esa entrevista, alegando que Copa se habría escindido del MAS por derecha buscando ser parte de un centro claudicante con la burguesía. El mismo argumento, nada autocrítico, que se difunde desde la cúpula del MAS. Pues bien, las cosas son más complejas y lo cierto es que la conducción de Evo, de García Linera y otros «culiblancos» está fuertemente cuestionada en Bolivia por las propias bases del MAS. De otra manera ¿cómo podría haberse producido la serie de derrotas en elecciones locales que experimentó en distritos donde antes ganaba cómodamente?. Mientras Evo y sus fieles organizan una gran concentración en Cochabamba (ciudad donde predomina la etnia quechua) en la que prometen tomar resoluciones (que, para muchos observadores, no pueden ser más que consagrar la división de un movimiento que fue en épocas pasadas fue mucho más abarcativo y plural) con prescindencia de los guaraníes de Oriente y de la mayoría de la mayoría (valga la redundancia) aimará que reconoce como máximo líder al ex canciller y actual vicepresidente David Choquehuanca y como estrella surgente a Copa. En esta encruicijada y con deseos fervientes de que esta división se cierre y cauterice, publicamos una nota de la periodista boliviana Verónica Zapata desde La Paz.
Como yapa, incluimos un videíto en el que mujeres de El Alto que la han votado haban sobre Eva Copa. (Odio eterno a los gaznápiros que musicalizan las notas periodísticas). JS
El MAS pierde en balotaje las 4 gobernaciones y se quiebra el voto duro
VERÓNICA ZAPATA / RESUMEN LATINOAMERICANO
El 11 de Abril se llevó a cabo el balotaje en Bolivia en cuatro gobernaciones: La Paz, Tarija, Pando y Chuquisaca. Y el MAS perdió con un margen de 10 puntos de diferencia en cada una. En Chuquisaca el margen fue superior de 14 puntos. Estos resultados reconfigurarán el poder político territorial en el país y pueden determinar la elección presidencial del 2025.
En Tarija ganó Oscar Montes por “Unidos por Tarija” (UXT) con 55% de los votos frente al MAS que obtuvo el 45%. En Chuquisaca ganó Damián Condori de “Chiquisaca Somos Todos” (CST) con el 57% frente al MAS que obtuvo el 43%. En Pando ganó Regis Richter del “Movimiento Tercer Sistema” (MTS) con el 55% frente al MAS que obtuvo el 45%. Y en La Paz el nuevo gobernador será Santos Quispe, de “Jallalla La Paz”, con el 55%, frente a Franklin Flores, la apuesta del MAS, que obtuvo el 45%. El joven aymara y profesional Quispe reemplazó como candidato a su fallecido padre y el líder histórico indígena Felipe Quispe “El Mallku” que tenía asegurado el triunfo.
Aunque ningún hijo hereda el conocimiento y la experiencia de su padre, Santos Quispe reactualizó una disputa histórica del «Malku» con una “cúpula de intelectuales blancos de clase media” que integran el MAS, a los que acusaba de “utilizar de escalera” a los indígenas para acceder al poder, y de relegarlos una vez asentados en él. De ser racistas encubiertos y “cerrarle el paso a los nuevos liderazgos indígenas”.
Dentro del MAS hay desde hace mucho tiempo voces críticas de esa cúpula: Osvaldo «El Chato», Peredo, el médico que secundó a su colega Ernesto «Che» Guevara en la guerrlla; el líder minero Orlando Gutiérrez (ambos fallecidos recientemente por problemas respiratorios, el segundo por Covid 19); Segundina Flores de la Confederación de Mujeres Indígenas Bartolina Sisa y otros varios. Segundina recientemente afirmó: “Hay un equipo de mentirosos del MAS que hacen equivocar a Evo Morales”. A este sector apuntan también Santos Quispe y Eva Copa de “Jallalla La Paz”.
Cómo quedó el mapa político
Los resultados finales de las elecciones subnacionales del 7 de Mazo y del balotaje del 11 de Abril confirman que el MAS ganó en tres de nueve gobernaciones: Cochabamba, Oruro y Potosí. A nivel alcaldías le fue mejor, pero hay que tener en cuenta que no existen en los municipios opciones como «Jallalla La Paz” y que solo competían la derecha y el MAS. De 336 alcaldías, el MAS ganó 239, el 67% del total. También ganó y mantiene mayoría en la composición de las asambleas legislativas a nivel nacional. En cambio perdió en el área metropolitana de Santa Cruz, La Paz y Cochabamba frente a los golpistas: Fernando Camacho fue electo gobernador de Santa Cruz con el 55,62% de votos; Iván Arias, ex ministro de Obras Públicas de Jeanine Áñez, fue electo alcalde de La Paz con 49,52% y Manfred Reyes Villa –líder de lo que se llamó la Media Luna desde donde se articuló el intento de golpe de estado el 2008– ganó la alcaldía de Cochabamba con el 55,63%.
Esta victoria de los golpistas en lugares estratégicos abre una vía para una posible rearticulación de la ultraderecha, aunque por el momento, solo mantiene núcleos de poder regional al carecer de un proyecto político nacional. Por otro lado, si bien el MAS nunca gana en Santa Cruz, que Fernando Camacho haya ganado la gobernación pos golpe de estado, no es para subestimar. En cambio, Carlos Mesa quedó desdibujado a pesar de haber sido el candidato presidencial conservador en las elecciones del año pasado.
El MAS perdió en El Alto, su otrora bastión, de manera contundente frente a Eva Copa, ex presidenta del Senado de Bolivia expulsada del MAS. Aceptó el ofrecimiento de la agrupación “Jallalla La Paz” y ganó con el 68,70% de los votos, generando un fenómeno político que se extendió por todo el país, fenómeno que se traduce en el quiebre del voto duro indígena y en una fractura al interior del MAS, originado en gran medida por su expulsión. Este fenómeno sucede en un lugar histórico y de importancia vital en la escena política del país. El Alto fue tanto un núcleo de la resistencia indígena y era una vanguardia del MAS. Es la segunda ciudad más poblada de Bolivia y la primera de la región paceña. Es la ciudad donde se gestó en 2003 la insurrección, la “guerra del gas”que permitió la llegada al poder de Evo Morales y fue decisiva en el fracaso del proyecto golpista.* Si Eva Copa realiza una buena gestión como alcaldesa, su fuerza podría irradiarse a nivel nacional y acaso disputar la presidencia en el 2025, algo que ya resuena fuerte en las calles.
¿Eva Copa y Santos Quispe de “Jallalla La Paz” pertenecen a la derecha o son “trotskistas” funcionales a la derecha, como dicen desde cerca de la dirección del MAS? ¿O por el contrario son parte del surgimiento de una nueva opción dentro la izquierda en el país? El análisis es tan complejo como diversa la realidad boliviana, ya que hay sectores del movimiento indígena que no se identifican con los polos políticos: derecha e izquierda tradicionales, sino que son indianistas. Por ejemplo, como ya hemos dicho, El Mallku sostenía que tanto la derecha comola izquierda colonial utilizaban a los indígenas para llegar al poder. Que si bien la izquierda se “unía” a los indígenas, una vez llegado al poder no permitían que éstos ocuparan cargos decisivos de poder y dejaban de lado su filosofía andina.
Desde el pensamiento occidental hegemónico que analiza las cosas desde una lógica binaria derecha-izquierda, lo que está por fuera de esta úitima es la “derecha”. Son categorías conceptuales insuficientes para analizar la realidad indígena, para comprender el pensamiento indígena.
Hay variadas hipótesis en danza respecto a los nuevos liderazgos: Una sostiene que son una izquierda funcional a la derecha o incluso parte constitutiva de una nueva derecha. Una varieante extrema es a la que han llegado algunos militantes del MAS que los acusan de estar financiadis directa o inidirectamente por la CIA. Otra que son el emergente de una nueva opción que reivindica el pensamiento andino, y que desde la concepción occidental binaria no pueden mas que ser calificados de izquierda.
Llegados a este punto es bueno recordar que los principios filosóficos de la cultura andina están en la Constitución boliviana y son los principios originarios del MAS. Eva Copa afirmó en su campaña: “Me canse de escuchar cada estupidez que dicen, que soy de la derecha y que soy golpista. Les quiero decir a esos señores, que yo si tuve el valor de quedarme aquí con mi pueblo y luchar por mi gente y no me escondí”.
Cuando todo indicaba que iba a ser la candidata a alcaldesa por El Alto por el MAS, fue descartada y reemplazada por Ratuki Maquera, prácticamente desconocido hasta entonces por la población. Luego fue expulsada del MAS. Como ya se dijo, Copa se cobijo en “Jallala La Paz” y ganó con casi el 70%.
Copa recibió el respaldo de personalidades del MAS tan importantes como Segundina Flores; Esther Soria, gobernadora de Cochabamba; Lidia Patty, ex asambleísta y denunciante del “Caso Golpe de Estado” que llevó a Jeanine Áñez a la cárcel; José Alberto «El Gringo» Gonzales, ex presidente del Senado, que dijo “No comprendo los mecanismos con que la cúpula del MAS elige a sus candidatos”. Todos coincidieron en calificar la expulsión de Copa como un “grave error”. Hasta ahora no se conoce una autocríica de la dirección del MAS y no se vislumbra que vaya a producirse, al menos en lo inmediato.
¿Cómo se explican estos resultados tras la resonante victoria del mas ¡por el 55 por ciento de los votos! en las elecciones presidenciales?
Lo primero que hay que tener en cuenta es muchos de esos votos no fueron propios del MAS, sino solo de rechazo a los golpistas. Y que ante el resirgimiento del fascismo, El Mallku llamó a votar al MAS, dejando de lado sus diferencias.
Lo segundo es que hubo un “voto castigo”, producto del malestar que produjo la imposición de candidatos por mor de “dedazos” sin participación de las bases, que en varios casos fueron explícitamente rechazados. Durante la selección de los mismos tras varios ampliados se produjeron reyertas que tuvieron su apogeo cuando se arrojó una silla contra Evo Morales, que negó que fuera en rechazo a sus «dedazos» y responsabilizó a infiltrados de la derecha. Sin embargo, con el diario del lunes, parece claro que Eva Copa se benefició de ese voto-castigo al igual que otros varios ex masistas” que ganaron las elecciones, como sucedió en las gobernaciones de Pando y Chuquisaca.
En tercer lugar, el “votoantimasista” que por ejemplo capitalizó Santos Quispe, proveniente de sectores de la derecha que lo votaron solo por odio al MAS.
También, confluyen otros factores: las fuertes internas al interior del MAS, las diversas denuncias de corrupción especialmente por “venta de cargos”, la presencia de “pititas” (seguidores de los golpistas) en el estado, cuestionamientos a la designación de algunos funcionarios, etc. Estos factores se interaccionan con un pedido generalizado de “renovación” y “profundización” del proceso de cambio que fue promesa de la campaña presidencial de Luis Arce y Choquehuanca.
NOTA
*N. del E.: Cuando fue el golpe, llamó la atención que los «ponchos rojos» bajaran hacia el centro de La Paz una consigna tan bélica como «Ahora sí, guerra civil» y, sin embargo, en ningún momento reivindicaran al exiliado Evo. Ya entonces se intuía un resquemor.