CÁRCELES: Luis Brunati, el “Proyecto Olmos” y la dignidad de los presos
Luis Brunati encabezó una experiencia piloto en la Cárcel de Olmos cuando fue el jefe de Gobierno de la provincia de Buenos Aires, durante la gestión de Antonio Cafiero. Le pusieron mil trabas y el proyecto años después sucumbió con la muerte de decenas de detenidos durante un incendio en el penal. Fue la trágica respuesta del Servicio Penitenciario al intento de ofrecer una vida digna a los presos.
Primavera cafierista
Cuando los presos tuvieron las llaves de las celdas
POR ALBERO FERRARI
Fue el 20 de diciembre de 1987 cuando un trágico motín en la cárcel de Olmos animó a Luis Brunati, el “superministro” de Gobierno de Cafiero de apañar un proyecto que le devolviera a los presos la dignidad, a partir de la construcción de una cárcel con galerías a cielo abierto y en la que los presos tuvieran las llaves de sus celdas.
El proyecto fue resistido desde el comienzo por el Servicio Penitenciario. “Nos dieron mil vueltas, nunca se podía comenzar. Pero los compañeros trataban de animarme y uno de ellos me dijo algo que nunca olvidé: ‘Julio Troxler fue jefe de Policía’. En realidad lo único que hizo fue agregarme un peso enorme a la mochila, porque la figura de Troxler emergía en mi imaginario de militante como un verdadero prócer”, recordó Brunati, quien acaba de publicar “las llaves de la cárcel” sobre aquella experiencia.
“Además de las trabas del servicio penitenciario, no había dinero para los programas de salud y construir un cárcel modelo aparecía como un desperdicio de recursos”, rememoró Brunati, quien durante su gestión de un año fue resistido por la oposición y por sus propios compañeros del oficialismo. Sometido a varias interpelaciones, fue una experiencia inédita de terminar con los abusos y la corrupción de las fuerzas de seguridad, pero desgastante y al final Cafiero terminó por pedirle la renuncia.
“En el Senado Provincial había dos o tres senadores que me apoyaban, entre ellos recuerdo a Alfredo Cossi, pero la mayoría me decía que durante cuatro años habían robado los radicales y ahora les tocaba a ellos”, recordó Brunati, durante la presentación de su libro.
Militante de la “Tendencia Revolucionaria” en los 70, miembro fundador del Grupo de los 8 y documentalista, Brunati rescata a Ana Goitía, la esposa de Cafiero, que junto con su esposa Clara y María Elena Murgiondo formaron una cooperadora para recaudar fondos destinados a la construcción de la nueva cárcel de Olmos. Entre otras iniciativas, convencieron a Teresa Parodi para que diera un recital dentro del penal para recaudar fondos.
“El problema era el material de construcción que se llevaban los muchachos (penitenciarios) que debían cuidar a los presos”, mencionó Brunati sobre las dificultades que encontró el arquitecto Claudio Caveri, responsable de la obra.
Por el contrario, los presos compartieron desde el inicio la iniciativa porque fueron convocados a sumarse al comité de seguimiento de las obras, otra iniciativa inédita para que “ellos mismos construyeran su cárcel y diseñaran sus instalaciones”.
Brunati llegó a inaugurar el primer penal, pero luego de su renuncia “todo el proyecto quedó afectado por falta de respaldo político”, recordó Esteban Caveri, hijo de Claudio y también arquitecto que colaboró con su padre.
Por ejemplo, cuando habían avanzado en el tercer pabellón no aparecían las puertas “y cuando aparecieron venían equipadas con los típicos herrajes para candados y sin lugar para reclamos”, recordó Esteban.
La trágica parábola del proyecto estalló el 7 de mayo de 1990, cuando un incendio intencional en el “pabellón especial “de Olmos causó la muerte de 33 presos, los que estaban en ese etapa intermedia de “readaptación” a la sociedad y a poco de recuperar su libertad y por eso habían sido incluidos en el “Proyecto Olmos”.
Brunati ya no estaba pero Caveri, que aún trabajaba en el proyecto, pidió varias audiencias al gobernador Cafiero que nunca fueron respondidas. Entonces renunció.
Luis Brunati con su libro no solo recupera del olvido aquella experiencia. Pretende exponer otro modelo en tiempos en que los discursos abruman con las supuestas “puertas giratorias” para los presos y se piden más castigos y reclusiones en cárceles tenebrosas, pero se evita abordar la corrupción del Servicio Penitenciario.
“Nuestras cárceles son más parecidas a la de Expreso de Medianoche que a las que vemos en el cine norteamericano o europeo. Y la verdad es que cuando a los presos se los trata con dignidad, como seres humanos, responden con la misma dignidad”, completó Brunati.
A que o donde se refiere con Expreso de Medianoche?
https://www.youtube.com/watch?v=57I7E9J0yd8
Una pelicula.