ALEMANIA – REFUGIADOS : El coronavirus se ceba en los que se han convertido en auténticos campos de concentración
Los nazis llamaban a sus campos de concentración «lager», literalmente, almacén. Y aunque nos abstengamos de comparaciones odiosas, eso es lo que son y se han convertido los campos de refugiados en Alemania: depósitos de personas aisladas y «en capilla» ante el riesgo cierto y acuciante de contraer el temido Covid-19.
Campos de refugiados incomunicados, aislados del exterior y confinados

Cuando en enero, los refugiados plantearon a la administración de los campos el problema del coronavirus, les dijeron que no tenían de qué preocuparse, «que 20.000 personas mueren a causa de la gripe cada año» y que el coronavirus no iba a ser algo importante. Cuando la realidad empezó a contradecir esta afirmación, la dirección de los campos puso jabón en los baños. Antes de eso, no había jabón en los baños. Las condiciones en los campos de refugiados son las peores para contener la propagación, no ya del coronavirus, sino de cualquier patógeno. En las instalaciones, hay una cocina disponible cada 50 residentes, las habitaciones son colectivas, y cientos de personas utilizan los pasillos y las escaleras. Unas 100 comparten un baño donde hay 5 duchas y 5 inodoros y los desinfectantes sólo están disponibles si se piden. Estamos hablando de Alemania, no de un campo de refugiados en África, donde un país pobre recibe refugiados aún más pobres que ellos. En instalaciones de esas características es imposible mantener la distancia social ni protegerse de los contagios. Uno de los mayores campos, que aloja 800 refugiados, está totalmente cerrado desde marzo, con la policía bloqueando la entrada, y se ha apagado internet, posiblemente para cortar el envío de correos electrónicos de los residentes del campo a los medios europeos denunciando la situación. Hay huelgas de hambre e intentos de suicidio. MM.
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