AMIA – ATENTADO. Encargado de la investigación nombrado por Macri lo acusa ahora de encubridor…
… poné en duda la existencia de la supuesta camioneta-bomba y reconoce que no hay pruebas contra Irán, en total sintonía con mis libros Caso Nisman: Secretos inconfesables y La infAMIA, que acaba de aparecer.
El ex senador radical por Chubut Mario Cimadevilla fue puesto al frente de la Unidad Especial de Investigación del Atentado a la AMIA del Poder Ejecutivo (de la que en el gobierno anterior habían sido titulares Nilga Garré y Alejandro Rúa) por Mauricio Macri. Luego de que el ministro Germán Garavano, en un giro de 180º, obligara a que dejara de acusar a los ex fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia en el juicio por el encubrimiento de los asesinos (que se encuentra en sus tramos finales, como siempre totalmente silenciado por los medios hegemónicos) y, en la práctica, pasara a defenderlos y el escándalo subsiguiente, Macri directamente disolvió dica unidad. Cimadevilla denunció por obstrucción y complicidad con aquellos al ministro Garavano, y no contento con ello acaba de etiquetar al propio Macri de encubridor y de revelar que no hay pruebas concluyentes (más bien, todo lo contrario) ni de la existencia en la calle Pasteur aquel lunes aciago de una Trafic-bomba y menos aún de un supuesto chofer suicida, y por lo tanto tampoco las hay de que la República Islámica de Irán haya tenido algo que ver con tamaña masacre.
Además, Cimadevilla denunció la complicidad con el ocultamiento de quienes, cómo y por qué asesinaron a 107 personas a fin de mantener ocultos también sus oscuros negocios.
La noticia que transcribimos procede de LacausaAMIA, blog del abogado y periodista Horacio Lutzky, ex secretario de prensa de la propia AMIA y autor de varios libros relacionados con éste atentado terrorista y su predecesor y precedente contra la Embajada de Israel (No hemos podido abrir el link para acceder al documento original que ofrece al final, esperemos que Horacio allane esa dificultad). La negritas le pertenecen.
Como complemento, ofrecemos la entrevista que le hizo a Galeb (Gustavo) Mousa, argentino de religión musulmana chiíta, la cadena Hispan TV. Mousa menciona a La infAMIA, libro que da cuenta, entre otras muchas cosas, de la absoluta carencia de pruebas de que Irán haya tenido algún vínculo con aquellas matanzas.
El radical Cimadevilla acusa a Macri de encubridor
La Unidad de investigación del Atentado a la AMIA presidida por Cimadevilla fue disuelta meses atrás tras una larga serie de presiones del Ministerio de Justicia para frenar su actividad. Las injerencias tuvieron por objeto proteger a diversos personajes acusados de encubrimiento del atentado a la AMIA, y vinculados al macrismo. Y así lo sostuvo en la denuncia que presentó contra el ministro de Justicia Germán Garavano: https://www.lapoliticaonline.com/nota/111982-cimadevilla-denuncio-a-garavano-por-encubrimiento-en-el-juicio-por-la-amia/
Pero también, como ahora revela Cimadevilla y aquí se publica, las obstrucciones del poder ejecutivo procuran amparar a una oscura trama de negocios que podría verse afectada ante una eventual profundización de las investigaciones. Tal como expuse en mi libro «La Explosión».
A continuación, algunos tramos del durísimo informe final de la Unidad dado a conocer recientemente por el ex senador radical, que señala directamente al presidente Mauricio Macri, y que la prensa hegemónica oculta hasta hoy. Al final de la nota, un link para descargar al documento.
«El martes 13 de marzo de 2018, por Decisión Administrativa No. 312, el señor Jefe de Gabinete de Ministros, en cumplimiento del mandato presidencial contenido en el Decreto No. 174/18, desactivó y desarticuló la Unidad Especial de Investigación del Atentado a la AMIA que, tan sólo dos años antes, el Presidente de la Nación había decidido “fortalecer y jerarquizar” en función de los compromisos asumidos por el Estado Argentino en el Acta del 4 de marzo de 2005, que instrumentó la solución amistosa alcanzada en el trámite de la Petición No. 12.240 del registro de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos», evoca Cimadevilla.
No obstante, ese objetivo no se persiguió realmente «a pesar del declamado interés esclarecedor explicitado por el señor Presidente de la Nación en los considerandos del Decreto No. 108/16″.
A la luz de las múltiples trabas y obstrucciones sufridas, con amargura y un dejo de ironía Cimadevilla le señala al presidente Macri: «al menos, agradezco que la Unidad Especial de Investigación AMIA haya desaparecido sin tener que convertirse en una «Unidad Especial de Encubrimiento», cuando ya su Gobierno ni siquiera intentaba fingir que alguna vez hubiera tenido intención de cumplirla aquella promesa».
El funcionario radical pudo constatar que -además del amiguismo y vínculos personales de funcionarios del gobierno con procesados- otros factores impidieron a la Unidad seguir ciertas líneas de investigación: «El entramado de delitos, negocios y negociados, relaciones malsanas y clandestinas, intereses económicos, estratégicos y diplomáticos en el que se pergeñó, ejecutó, enmascaró y encubrió al atentado contra la AMIA ha sido apenas rasguñado con las investigaciones simuladas durante más de dos décadas». Básicamente, denuncia la persistencia de una política de Estado comprometida con el sostenimiento de la Historia Oficial y el encubrimiento, que «seguirá incrementando masas estériles de información acumulada, sin estrategias de exploración e interpretación, ni tácticas esbozables de sistematización investigativa y con nula voluntad de rozar intereses del poder real«.
Intereses que tuvieron que ver con el contrabando de armas del menemismo y la voladura de Río Tercero, donde existió «una comunidad de negocios» con oscuros traficantes, con ciudadanos iraníes y de otros orígenes, y con países interesados en ese tráfico ilegal.
Como sostengo desde hace años, «una investigación seria, exhaustiva y profesional sobre el atentado a la AMIA, que incluyese sus profundas motivaciones y la totalidad de los personajes interrelacionados hubiera expuesto una red de promiscuidad indiscriminada de negocios ilícitos apenas ocultos, con independencia de su vinculación directa en la materialidad del atentado», consigna el informe final de Cimadevilla.
El documento cuestiona fundadamente la versión oficial del atentado con un conductor suicida, y la existencia misma de la «camioneta bomba», acusando al gobierno de haberse negado sistemáticamente a realizar pericias y examinar otras hipótesis plausibles. También señala «el papel -a veces inexplicable y colaboracionista- de las instituciones damnificadas y algunas de las querellas y agrupaciones de víctimas«.
«¿Es la necesidad de no investigar el atentado a la AMIA -hace veinticuatro años- lo que frustra el acceso a herramientas de transparencia?. ¿O es la de mantener opacos los negocios privado-públicos -de siempre y hasta hoy- lo que impide investigar y prevenir delitos complejos, y arrojar un poco de claridad sobre AMIA?. En cualquiera de los dos casos, los muertos, heridos, deudos, vecinos y damnificados por el atentado a la AMIA, pagarán el precio de impunidad de sostener la opacidad de la corrupción en la República Argentina. Las reiteradas y eternas promesas gubernamentales, ante los Organismos Internacionales y sus propios ciudadanos, siguen incumplidas«, acusa el informe.