CAMPANELLA. Como el de Brandoni, un gorilismo incomprensible, golpista

Mi tocayo, el cineasta Campanella llama a movilizarse contra el Gobierno de los Fernández. Los de la revista Barcelona se lo toman a risa. El Dr. Jorge Rachid explotó:

Ustedes pueden creer que la rata inmunda de Campanella está organizando una marcha para oponerse ¡¡¡ a la emergencia alimentaria!!!!!! Qué le pasa a ese inmoral? ¿No se le para? ¿La tiene corta? ¿Lo odiaba su madre? ¿Era el pelotudo de la clase? ¿Un peronista le robó al amor de su vida? ¿Qué mierda le pasa? A esta altura les juro que no puedo creer tanta hijaputez junta en un solo tipo, que tuvo suerte en la vida, que no le falta nada, que fue un privilegiado. ¿Qué es lo que le sucede a ese monigote para tener tanto odio por el prójimo?
Alega que esa ley es vía libre para que se roben todo. ¿Qué se van a robar si no dejaron nada? Niega miserablemente los números de la pobreza. ¿No ve a la gente desesperada? ¿No se choca con los desahuciados que duermen en las calles? ¿No nota que una jubilación mínima no alcanza ni para los remedios? ¡No ve los comedores desbordados? ¿Qué clase de cineasta miope y violento es este gorila irredento, lleno de mierda, odio y prepotencia?
Ojalá la historia lo juzgue como lo que es: un mediocre. Lo único que me calma es haberlo notado mientras parecía un tipo sensible al levantarme de la sala a las puteadas en medio de la bosta de El hijo de la novia, y reafirmar que era un patético con suerte con Luna de Avellaneda y El secreto de sus ojos, un cine para calmar conciencias clasemedieras, y exaltar como en Vientos de agua, un pasado inventado de abuelos colonos dignos, que encandilan con su blancura a los nuevos inmigrantes que este tipo y la peste que lo sigue, desprecia.
Campanella es un mal tipo. Hacer esto ya es el colmo de lo tolerable. ¡Una marcha a un gobierno a OCHO DIAS DE ASUMIR! y que asume con un país arrasado por una horda de chetos contrabandistas, fugadores, inmorales, emparentados a todas las tragedias perpetradas al pueblo desde que Argentina es Argentina.
Campanella es un inmoral. Esto no es libertad de expresión. Esto es una canallada, propia de hijos de puta. Un aprovechamiento miserable de la fama. Una escupida en el dolor del pueblo, que no da más. Ojalá si de algo sirven estos cuatro años, sea para poner en el panteón de los sinverguenzas a esta clase de sujetos enajenados de odio, que montados en su gloria artística, juegan siempre para el lado del poder concentrado. Tal vez ese posicionamiento canalla que exhibe como una militancia, explique por qué, un mediocre semejante haya podido llevarse un Oscar, un premio que muchas veces se entrega para coronar operadores, en vez de talento y arte.