El autor, residente en Israel, señala que la misma DAIA que protege a su ex presidente Beraja aunque esté siendo juzgado por desviar las investigaciones tendientes a identificar y detener a quienes demolieron la AMIA matando a 85 personas y estropeándole la vida a nuchas más, esa misma DAIA intenta remedar el poderío de AIPAC (The American Israel Public Affairs Committee) el poderosímo lobby con sede en Washington D.C. Pájaro Rojo no cree que lo pueda conseguir a causa del creciente hartazgo (que el perspicaz autor también consigna) del público ante sus turbios manejos, a pesar del amparo sin fisuras que le ofrece la prensa hegemónica. Un análisis que merece la pena leer. JS

Nace el AIPAC argentino

POR DANIEL KUPERVASER (Desde Israel)

A diferencia de politólogos y analistas, tanto dentro como fuera de la comunidad judía argentina, yo sí le creo a Ariel Cohen Sabban, presidente de la DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas) que con referencia a las acciones jurídicas relacionadas con la causa AMIA y sus ramificaciones que ha impulsado la institución que preside, afirmó: “Queremos despersonalizar esta acción que estamos haciendo. No queremos quedar inmiscuidos en ninguna disputa partidaria. La DAIA no está vinculada a un partido político” [1].

Por el contrario, amplios sectores de la sociedad argentina están convencidos de que la maquinación de la DAIA tiene claros objetivos partidarios. Para el grupo Llamamiento Argentino Judío “se trata de maniobras jurídicas que buscan la persecución política de funcionarios del anterior gobierno”[2]. El conocido periodista Víctor Hugo Morales dijo que “AMIA y DAIA son dos instituciones que se han convertido en una especie de ‘nido político’ del PRO, y que hace muchísimo tiempo están en línea con sectores de la derecha”[3].

La declaración del líder judío incluyó una frase que es un insulto a la inteligencia. Cohen Sabban dirige una institución que se fijó como misión institucional “tener la representación política de la comunidad judía argentina”, pero en esta oportunidad declaró que “no tenemos color político”. La realidad de los últimos años demuestra claramente que no solo lo tienen color, sino que es celeste y blanco con la estrella de David de fondo, que defiende intereses judíos e israelíes.

La iniciativa tomada por DAIA de reflotar y apoyar las causas judiciales en contra de Cristina Kirchner, el ex canciller Timerman y 170 parlamentarios argentinos [4], está acompañada de un claro objetivo político que no tiene nada que ver con sus enjuiciamientos, tampoco con la causa AMIA ni con las indagaciones relacionadas con el fallecimiento del fiscal Nisman.

Si la DAIA tiene interés en progresar en la investigación del atentado de AMIA (lo que la historia pone en duda) o despejar dudas sobre la muerte del fiscal Nisman, los fiscales y juzgados que tratan esos temas los recibirán a puertas abiertas. El enjuiciamiento o no de la ex presidenta, su canciller y parlamentarios, sus culpabilidades o sobreseimientos, no aportarán ni una pizca a esas causas. Determinar si Cristina Kirchner y Timerman traicionaron a la patria o no, es un caso que atañe únicamente a la sociedad argentina. Para una institución judía que representa a judíos argentinos y muchos intereses israelíes, sería mucho más saludable quedar afuera de esta causa especifica.

¿Cuál es el motivo que mueve a la DAIA? ¿Qué es lo político de su misión institucional que no es partidario y que impulsa su accionar?

Su objetivo estratégico, según surge de su accionar, se basa en el abandono de la vieja y simple función de representar un grupo étnico ante autoridades locales, para pasar a convertirse en un centro de poder decisivo en el quehacer político nacional, sin cumplir ninguna función formal ni compromiso especifico con alguna agrupación política determinada. Tienen la mirada fija en el país del norte para posicionarse políticamente como el AIPAC argentino. Al igual que el poderosísimo lobby norteamericano, DAIA pretende convertirse en el filtro por el cual no se permitirá el paso de ninguna iniciativa que, a su criterio, pueda afectar aspectos de conveniencia de la comunidad judía, y lo que es peor, intereses foráneos, como es el caso de Israel.

Como se expone, las acciones presentes de la DAIA contra la Sra. Fernández de Kirchner y Timerman no tienen ninguna relación con los esfuerzos de progreso en las causas AMIA y Nisman. No tienen otro propósito que amedrentar y acobardar a todo funcionario, parlamentario, agrupación política o incluso al mismo gobierno, para que no se les ocurra adoptar posiciones o tomar decisiones que puedan afectar esos objetivos de la DAIA.

Una serie de acontecimientos de los últimos tiempos refuerzan esta visión:

Fue el Poder Judicial donde primero se asestó un fuerte golpe. Mientras el gobierno anterior amenazaba al juez Daniel Rafecas con someterlo a juicio político por sus decisiones en un caso vinculado con el entonces vicepresidente, la DAIA lo alababa como adalid de valores humanos por su dedicación a temas que le eran convenientes. Tan solo hace tres años, la “DAIA reconoció al juez federal Daniel Rafecas, por su compromiso con la memoria de la Shoá, la promoción de la diversidad y la defensa indeclinable de los Derechos Humanos” [5].

Cuando en nombre de esa “defensa indeclinable de los Derechos Humanos” el mismo juez desestimó la denuncia de Nisman contra Kirchner y Timerman, contra la opinión de la institución judía, el juego se terminó y se decidió excomulgarlo. Waldo Wolf, ex vicepresidente de DAIA y actual diputado nacional oficialista, pidió su juicio político por “tergiversar pruebas para desacreditar al fiscal Nisman”.

Con otro funcionario judicial le fue mucho más fácil. En un insólito acto que pone en serias dudas su lealtad a la función que el Estado argentino le adjudicó, el fiscal Ricardo Sáenz, “en nombre de los fiscales comprometidos con el esclarecimiento de la muerte del fiscal Nisman” se arrodilló frente al pueblo de Israel, su gobierno y el primer ministro Netanyahu.

En una carta personal enviada al premier israelí, Sáenz le confiesa que se entrevistó con el Presidente del Congreso Judío Mundial (???) y que “como fiscal y vicepresidente de la Asociación que nuclea en mi país a jueces y fiscales asumo ante Usted, su gobierno y todo el pueblo de Israel el compromiso de no cesar de investigar este homicidio (fiscal que investiga ya decidió. N. del A.) y tratar de que sus responsables reciban el merecido castigo” [6].

Lo inaudito del caso es que el renombrado fiscal parece que se olvidó que en su función no le debe nada -ni tiene ninguna necesidad de comprometerse- ante el pueblo judío, Israel y su primer ministro. Por el contrario, toda su deuda la tiene con el pueblo argentino, obligación que parece, alguien la borró de su conciencia.

La sumisión del fiscal a Israel  y su absoluta falta de imparcialidad tiene un ejemplo inmarcesible aquí. (N. del E.)

Pocos días atrás, Victor Garelik, director ejecutivo de la DAIA viajó a los Estados Unidos a los efectos de ponerse en contacto con directivos de las más prominentes organizaciones judías de ese país. Con seguridad, se trataba de un viaje de aprendizaje entre quienes representan el símbolo del éxito del trabajo lobista en pasillos gubernamentales [7].

El desfile de ministros, gobernadores y demás altos funcionarios gubernamentales por las oficinas de la DAIA revela que quedaron atrás los días de una dirección comunitaria pasiva. El nuevo activismo político determina que todos los funcionarios de todas las líneas partidarias, antes de fijar postura, deberán registrar claramente en su agenda los intereses de la DAIA.

Cumpliendo la función de brazo ejecutor en defensa de los intereses israelíes, Cohen Sabban se encontró con Rodolfo Terragno, embajador argentino ante UNESCO a quien le manifestó preocupación ante el voto afirmativo del país a la resolución de UNESCO titulada “Palestina Ocupada”.

“Cohen Sabban explicó que el encuentro fue para evaluar las posiciones a tomar de cara a futuras situaciones [8]. De lo que puede deducirse que el Sr. Terragno deberá pensarlo muy bien ante una futura votación relacionada con Israel si no quiere frecuentar más asiduamente Comodoro Py que Paris.

Al parecer el poco tiempo transcurrido desde que Macri asumió la presidencia es más que suficiente para comprender que DAIA no tiene las manos limpias. El oficialismo se está convenciendo de que se trata de un drástico cambio del tablero político, y que le están marcando la cancha.

El objetivo de la DAIA de embarrar la imagen de Cristina Kirchner y su partido es escarmentar a los diferentes estratos políticos y a toda la sociedad argentina. No en vano, lo que en octubre del año anterior se evaluaba como el futuro de una soleada primavera en las relaciones del gobierno nacional con Israel y DAIA, tan solo en pocos meses da la impresión de estar en un otoño gris y destemplado.

Es difícil evaluar la posibilidad que este cambio estratégico posicione a la DAIA como factor decisivo en el futuro campo político argentino. Lo que si se puede afirmar con alto grado de seguridad, es que en la sociedad argentina habrá como reacción un incremento significativo del sentimiento de aversión hacia el judaísmo e Israel.

Ojalá me equivoque.

Daniel Kupervaser, Herzlya – Israel, http://daniel.kupervaser.com/

NOTAS

[1] “DAIA, no queremos quedar inmiscuidos en ninguna disputa política”, Ariel Cohen Sabban, Iton Gadol 4-8-16

[2] “Cuestionan el pedido de la DAIA reabrir la denuncia contra Cristina”, Telam, 1-8-16

[3] “AMIA y DAIA se han convertido en ‘nidos políticos’ del PRO”, Perfil 18-7-16

[4] “DAIA busca reflotar ante la justicia la acusación de Nisman”, Pág. 12, 3-8-16

[5] “Reconocimiento del Juez Rafecas”, Prensa DAIA, 20-3-2012

[6] “Netanyahu recibió en Israel a la Agencia Judía de Noticias”, Iton Gadol 4-6-2016

[7] “DAIA se reunió con organizaciones judías en New York”, Iton Gadol, 13-7-16

[8] “DAIA fue recibida por Rodolfo Terragno”, Prensa DAIA, 4-8-16