PROYECTO ALQUIMIA: El plan secreto de la inteligencia británica para mantener la guerra en Ucrania

Británicos enviaron a ucranianos a operaciones suicidas que ningún ejército de la OTAN permitiría 

Krynki es una aldea situada en la orilla izquierda del Dniéper, en la región de Jerson bajo control del ejército ruso.

The Grayzone publicó el pasado 25 de abril, un trabajo bajo el título UK intel behind Ukraine’s disastrous Krynky invasion, leaked documents reveal (La inteligencia británica estuvo detrás de la desastrosa invasión de Krynki en Ucrania, revelan documentos filtrados), obra del periodista británico Kit Klarenberg, conocido por investigar las operaciones de inteligencia en los conflictos geopolíticos y la manipulación de la percepción de los mismos por la opinión pública.

Klarenberg reveló que el Ministerio de Defensa británico creó una célula secreta llamada Proyecto Alquimia, con la misión de mantener a Ucrania combatiendo con Rusia. Una de las acciones «estrella» de esta célula británica fue formar una unidad de élite de soldados ucranianos, con el fin último de tomar Crimea, para lo cual primero debían cruzar al margen izquierdo del río Dniéper, cerca de una aldea llamada Krynki, en la región de Jerson controlada por el ejército ruso. Lo único que consiguieron los agentes británicos —que soñaban con repetir el desembarco aliado en Normandía de la segunda guerra mundial— fue enviar a una muerte segura a casi 1000 ucranianos. Krynki fue otro Bajmut para Ucrania.

Tanto los oficiales británicos como los ucranianos estaban convencidos de que la operación cambiaría el curso de la guerra, creando una cabeza de playa que permitiría a las fuerzas de Kiev avanzar sobre Crimea y obtener una victoria aplastante, escribe Klarenberg. En lugar de eso, lo que ocurrió es que los marines ucranianos fueron llevados como corderos al matadero.

Mientras, «oleadas tras oleadas de marines ucranianos entrenados por los británicos fueron enviados a una muerte casi segura en Krynki» —en palabras de Klarenberg— en Occidente, los medios escribían «Ucrania avanza desde su cabeza de puente a través del río Dniéper, lo que está demostrando ser un problema creciente para Rusia”. Y decían que el británico Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) mostraba imágenes del 12 de noviembre, demostrando que las fuerzas ucranianas avanzaban en Krynki.

En la misma fecha, el diario ruso Izvestia entrevistaba a un militar que describía así la situación: “Ahora están tratando de cruzar en botes rápidos, de todos modos, nuestros chicos los están destruyendo, ahogándolos. Creo que la situación pronto estará bajo control total…. lanzaremos artillería y aviación en el Dniéper».  Y el gobernador de la región de Jerson incorporada a Rusia, Vladimir Saldo, dijo «el tiempo promedio de vida de un soldado ucraniano en la zona es de poco más de dos días, porque el ejército ruso preparó otro Bajmut en Krynki».

Obviamente, los británicos mentían a la opinión pública occidental como parte indispensable de su Proyecto Alquimia.

El Ministerio de Defensa británico ha sido el autor de la planificación de algunos de los mayores desastres de la guerra para los ucranianos, dice Klarenberg. Para Londres, quienes  perdieron la vida porque los enviaron a una muerte segura, no eran más que intermediarios prescindibles —agrega el periodista— que señala que las conspiraciones de la célula de Alquimia se basaban en concepciones engañosas de supuestas glorias militares británicas pasadas. Según Klarenberg, los documentos filtrados demuestran claramente que la toma de Sebastopol aún se considera un objetivo vital y alcanzable desde la perspectiva de Londres, que mantiene la obsesión británica por arrebatar la ciudad a Moscú desde la Guerra de Crimea de 1853-1856.

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