SIRIA – REACTIVACIÓN DEL CONFLICTO: Quienes tomaron la decisión y con qué objetivos
Terroristas variopintos pretenden retrotraer al país a antes de 2019
Una serie de factores derivados de la guerra de Israel en la región, los propios intereses de Tel Aviv sobre el territorio sirio; las acciones de la saliente administración Biden para agravar la situación internacional que recibirá Donald Trump y la aparición de Ucrania como patrocinadora del grupo yihadista heredero de la filial de Al Qaeda en Siria, han desatado sobre Siria la tormenta perfecta.
En la mañana del 27 de noviembre, grupos extremistas armados atacaron las posiciones del ejército sirio en aldeas ubicadas a poca distancia de la autopista internacional Alepo-Hama-Damasco. En tres días, los extremistas lograron llegar al corazón de Alepo. Se los conoce como HTS, iniciales en inglés de «Tahrir al-Sham», organización yihadista formada por la fusión de seis facciones yihadistas, heredera de la supuestamente disuelta Al-Nusra (filial de Al Qaeda en Siria) que acoge militantes de Turkmenistán hasta uigures de China. El HTS fue contactado por Kiev que les ofreció armas y entrenamiento a cambio de varias contraprestaciones en la guerra con Rusia. El HTS dispone ahora de numerosos drones en cuyo uso los ucranianos los han estado entrenando durante semanas.
La operación militar del HTS también ha sido alentada por Israel, con el propósito de que el ejército sirio tenga que desplazarse hacia el norte, y Tel Aviv tenga facilidad para consolidar su ocupación de los Altos del Golán, pasando por encima de la supervisión de los Cascos Azules de las Naciones Unidas.
Mientras tanto, las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), una alianza paramilitar dominada por los kurdos, y apoyada por Estados Unidos, lanzó una ofensiva contra el ejército gubernamental y los grupos aliados solventados por Irán en el norte del país. Las FDS aprovecharon la situación de que el gobierno de Damasco se vio obligado a movilizar sus tropas para combatir al HTS en el noroeste. Esta acción militar es muy conveniente para EEUU porque las aldeas que intenta tomar el FDS están muy cerca de la base militar estadounidense, y desde ellas y sus aledaños los grupos chiítas cercanos a Irán lanzan misiles y drones hacia sus bases (N. del E., establecidas en el kurdistán sirio, una zona rica en petróleo).
Los medios de comunicación árabes sostienen que la ofensiva en el noreste está organizada directamente por Estados Unidos, principal patrocinador del FDS. Un objetivo de la operación puede ser el interés estadounidense por mantener un estado de conflicto en la región y redirigir la presión hacia Rusia y sus aliados regionales antes de la toma de posesión de Donald Trump.
El tercer actor es el «Ejército Nacional Sirio» (ENS), una organización paramilitar patrocinada por Turquía, formada en 2017, que agrupa a los enemigos de los kurdos, y a los opositores a los Acuerdos de Paz. Su objetivo es ayudar a Turquía a crear una «zona segura» que impida que los kurdos puedan crear cualquier entidad. Numerosos informes afirman que este grupo respaldado por Turquía atacó al ejército sirio en Alepo junto con los yihadistas del HTS. Medios cercanos a Irán informaron que hallaron militares turcos y ucranianos entre los muertos tras un ataque de las fuerzas gubernamentales –el Ejército Árabe Sirio– contra el cuartel general de HTS.
Turquía niega por todos los medios haber dado luz verde a la ofensiva. La explicación que ofrece Ankara es que una parte del ENS ya no le responde, en desacuerdo con los intentos de Recep Tayyip Erdogan de normalizar las relaciones con Damasco. Los rebeldes del ENS se han unido a los yihadistas del HTS que Turquía considera –al igual que Rusia y la ONU– una organización terrorista. La facción de los paramilitares que permanece leal a Ankara lucha contra los kurdos del FDS y recuperaron un pueblo que éstos le habían arrebatado al ejército sirio.
Pero aun hay más vueltas de tuerca. Está en juego un gran proyecto regional conocido como «la Ruta de la Seda de Irak», que busca facilitar la venta del petróleo iraquí a Europa. La parte de la infraestructura portuaria está a punto de entrar en funcionamiento. Bagdad aspira a que forme parte del BRI de China, al darle a Beijing la posibilidad de enviar mercancías a Occidente en la mitad de tiempo con el consiguiente ahorro. Proyecto que requiere una amplia colaboración entre Siria y Turquía, que está siendo boicoteada por la ofensiva yihadista y de los demás grupos enemigos del gobierno de Damasco y de sus aliados.
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