CENSURA EXPLÍCITA. A Luis D’ Elía en Radio Cooperativa de Buenos Aires

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Como es público desde que el fiscal Nisman filtró a sus periodistas amigos escuchas a un muchacho de Floresta, socio vitalicio de All Boys, y de religión musulmana en su vertiente shií o chiíta que responde al nombre de Yusuf Jalil (que en árabe, tengo entendido, quiere decir «Salvador») a fin de probar un supuesto complot encabezado por la Presidenta y el Canciller (!) en 2013 fui a ver a Luis D’Elía para interesarlo en hacer un nuevo documental sobre los atentados a la Embajada de Israel y la AMIA. Lo intenté al ver que que el que hice con Cuatro Cabezas y se estrenó en Telefé en julio de 2006, al cumplirse 12 años del ataque a la mutual judía (AMIA 9.53) nunca volvió a emitirse, según pude averiguar, por presiones de la DAIA. D’Elía nunca me contestó y tampoco me invitó jamás a su programa. No obstante, nunca me sumaré a los opas que se suben a la ola del stablishment que lo demoniza hasta el absurdo de tacharlo de «racista» y hasta de «nazi» (siendo como es, que es una víctima conspicua del racismo gorila) y siempre tendré presente que fue él y su gente quienes evitaron en marzo de 2008 que –el Grupo, «la Corpo», el gorilaje más rancio y un hato de paparulos arreados de las narices y creídos de que «el campo» aporta la mayor parte del PBI y que las vacas son blancas y lilas como las de Milka– coparan la Plaza y noquearan a un gobierno nacional que había adelantado en reiteradas oportunidades que no reprimiría bajo ninguna circunstancia.
Aunque tener relaciones con musulmanes, chiítas e incluso con persas no constituye, que yo sepa, ningún delito, ni es algo de lo que avergonzarse (muy por el contrario, considerarlo tabú es una muestra inequívoca de prejuicios), D’Elía paga un alto precio por su independencia de criterio, esta vez, frente a un empresario de pasado turbio, proveniente de la ultraderecha peronista.
Así que no hace falta pensarlo mucho para expresar la solidaridad de Pájaro Rojo con Luis D’Elía y hacer votos para que su voz disonante no resulte silenciada.

Denuncia de censura en Radio Cooperativa de Buenos Aires

Luis D'elia

Radio Cooperativa de Buenos Aires, que se jacta de propiciar la comunicación democrática, sacó del aire de un día para el otro el programa Siete Punto Cero, que conduce el dirigente social Luis D’Elía.

La decisión comunicada verbalmente por el director de la emisora, Adrián Amodio, se da en un contexto en que D’Elía es una de las piezas seleccionadas en la maniobra urdida contra la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, para presentarla como encubridora de los iraníes acusados del atentado a la AMIA.

El anuncio fue hecho por Amodio con D’Elía de vacaciones. Habló con Néstor Piccone, fundador e integrante de la Coalición por una Comunicación Democrática, integrante del equipo del programa que cada mañana tenía excelentes niveles de audiencia, por tratarse de una emisora que no está entre las poderosas.

Piccone relató en una carta pública que estas fueron las palabras de Amodio, ya acusado en el pasado de desprenderse intempestivamente de comunicadores y programas que él mismo acepta: “Esto es un negocio y con D’ Elia en la radio yo nunca voy a obtener la licencia. Tengo 6 ó 7 meses para que AFSCA me dé la licencia, porque después -con el cambio de gobierno-, con D’ Elia en la radio, nadie me va a dar una licencia”.

“La radio va para otro lado”, agregó refiriéndose aparentemente a la línea editorial, y D‘ Elia “tiene que entender que él ya no puede estar. Esto no es una Unidad Básica, es un negocio”.

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ás adelante dijo también, según el relato de Piccone: “El lunes 2 de febrero D’ Elia no puede volver a la radio. Mi sector, el cooperativo, no quiere más que D’ Elia siga. Y menos con lo que está pasando ahora y lo que viene”.

Estas últimas expresiones parecen una referencia a la inclusión de D’Elía como partícipe de supuestas maniobras de encubrimiento de iraníes acusados de ser responsables del atentado a la AMIA, en la denuncia hecha por el fiscal Alberto Nisman que, según la evaluación de numerosos juristas, carece de toda razonabilidad y sustento.

Piccone relata también que intentó que Amodio esperara el regreso de D’Elía para conversar con él sobre la situación. El director dijo aceptarlo pero luego el programa no estuvo al aire por un corte misterioso de la transmisión. Volvió a hablar con él para restablecer el programa al día siguiente, Amodio estuvo primero de acuerdo pero luego lo llamó y le anunció la cancelación definitiva del espacio.

“Queda claro –escribe Piccone- que la acción de Adrián Amodio implica un flagrante acto de censura y que su actitud se suma a los actos discriminatorios con los que la prensa hegemónica hostiga permanentemente al compañero Luis D’Elia.

Es además una señal de violento oportunismo político y con su actitud Amodio incluye el proyecto de Radio Cooperativa en el pensamiento de quienes alientan el fin de ciclo kirchnerista y opera objetivamente a favor de aquellos que atacan a la Presidenta buscando ilegalizar a militantes sociales y dirigentes del Proyecto Nacional como Luis D’ Elia”.

En su portal (radiocooperativa.com.ar) la emisora tiene publicado un artículo de Martín Cigna, presentado como “gerente general de Radio Cooperativa y referente de Juventud de la Federación Nacional de Radios Cooperativas y Mutuales”.

El texto dice: “La comunicación es un concepto que va mucho más allá del esquema básico tradicional de emisor-mensaje-receptor. Es el derecho a la libertad de pensamiento y de expresión, y resulta un factor fundamental en la consolidación y el desarrollo de nuestras democracias, como también en la garantía y promoción de los demás derechos humanos”.

http://www.comunanet.com.ar/?p=388


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7 comentarios

  1. est bien, el tal amodio se muestra como piensa,en cambio scioli, reutemann,bullrich y podriamos dar infinitos ejemplos de gente que no pueden decirlo,esta claro por lo dicho de este personaje para donde vamos
    votemos a quien votemos

  2. Oyente asiduo desde el 2011 del programa Siete punto cero, el estilo de Luis siempre , me resultó fue directo y confrontativo.

    Apasionado, enfático, sanguíneo.Sin pelos en la lengua, decía lo que pensaba y pensaba lo que decía. Y si llegaba a equivocarse, tenía la rara virtud , dentro del ámbito de los comunicadores sociales, de pedir perdón.

    Contaba con una legión de oyentes que todas las mañanas llamaban a la radio y como si fueran coprotagonistas del programa, daban sus opiniones con respecto a los temas que se trataban. Resultaba para muchos una persona querible y fundamentalmente honesta. Podías estar de acuerdo o no con su visión sobre los acontecimientos sociales, políticos o económicos tanto nacionales como internacionales Pero no podía ponerse en duda su honestidad intelectual, tanto la suya como la Piccone y sus colaboradores.

    Su simpatía con el gobierno iraní era pública y notoria y sospecho que lo hacía por una cuestión de empatía y solidaridad con el pueblo iraní (duramente castigado por Estados Unidos cuando este lo consideraba uno de los ejes del mal, pero con el que ahora parece que la Casa Blanca puede llegar a convenir cientos acuerdos).

    Es notable cómo fue censurado su programa históricamente. Siete punto cero era interferido con frecuencia, y hasta se llegó a sabotear en dos oportunidades a la emisora, cortando los circuitos que iban desde la planta transmisora hasta los estudios. Algo similar ocurría con el programa de Francisco Noriega, que lo sucedía en el horario de 0900 q 11.30, aunque éste último sigue en el aire en la actual temporada..

    ¿Por qué no D»Elía? ¿ Qué hubiera declarado Luis ante esa disparatada y ponzoñosa acusación de Nisman, escrita por la SIDE en nuestro país pero con idea original de los servicios de inteligencia de EEUU e Israel?

    ¿A quién o a quienes hubiera puesto contra las cuerdas si lo habrían dejado hablar?¿Y cuáles hubieran sido sus consecuencias?

    Para Amodio, entonces, se puede estar hoy a favor de este gobierno (muchos de sus programas lo atestiguan: Noriega, Valmaggia, Fernández, etc.) Pero como sin duda la radio es un negocio, Luis se muestra como un vendedor demasiado contundente y explícito, y eso espanta a potenciales proveedores

    ¿Falta de confianza en su producto? ¿Puro oportunismo comercial? ¿Un estudio de mercado le indica que este cliente pronto dejará de serlo y los que hacen cola para entrar son otros con gustos muy distintos?

    Como decía el genial Groucho: «yo tengo mis principios, pero si no le gustan, tengo otros»

    Luis Ferrero

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