​Escribi mucho sobre el coronel José Osvaldo Riveiro, uno de los mayortes especialistas en la «guerra sucia» contra las organizaciones armadas (se especializó en el PRT-ERP), en «Gorriarán…» y en El Porteño. Quizá estuviera distraido pero lo creía muerto. Hasta que hoy, martes, la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación revivió su terrible fantasma al alegar en una causa emblemática, la de Bahía Blanca. Lean y entérense. JS ​

Massot sigue sin ser procesado por ​la ​desaparición de Heinrich y Loyola, destacó

Bahía Blanca: ​la ​Secretaria de DD.HH. ​de la Nación alegó que deben profundizarse ​las causas que involucran a empresarios

​MÓNICA FERNÁNDEZ AVELLO

TÉLAM​

Con la exposición de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación se reanudaron hoy los alegatos en el marco del juicio oral y público contra 23 imputadas por crímenes en perjuicio de 66 víctimas en jurisdicción de la Armada durante la última dictadura cívico militar. En la apertura de su alegato, la querella -a cargo de Mónica Fernández Avello, en representación de la Secretaría- señaló que «mientras desde la transición los protagonistas centrales del terrorismo de Estado habían sido las fuerzas armadas, a partir de 2003 se comenzó a hablar de las responsabilidades de sectores de la sociedad, la prensa, la iglesia y la clase política.»

«Es por eso que nosotros hablamos de golpe de Estado cívico-militar ya que permite poner de relieve no sólo la participación civil sino su preminencia y ubicar a las fuerzas armadas en el lugar de brazo armado de un cerebro económico y social inserto en la civilidad de continuar vivo más allá del fin de la dictadura», explicó», explicó.

En el expediente de este juicio hay 66 víctimas, de las cuales 12 personas están desaparecidas, cinco fueron asesinadas y las restantes secuestradas y torturadas durante su permanencia en centros clandestinos ubicados en la zona de Puerto Belgrano, como en ya desguazado crucero 9 de Julio, mellizo del Belgrano y de la Base de Infantería de Baterías, jurisdicción de la Armada, como así también en el V Cuerpo del Ejército de Bahía Blanca.

Entre las víctimas están los dos obreros gráficos del diario La Nueva Provincia, Enrique Heinrich y Miguel Angel Loyola, secuestrados el 30 de junio de 1976.

Al hablar sobre la particularidad de los juicios que se llevan a cabo en Bahía Blanca, Fernández Avello expresó que «no implican únicamente en la realización de una necesaria justicia penal sino también un trascendental ejercicio de la memoria histórica y colectiva».

Mencionó las dificultades «para litigar en este juicio ya que, como bien explicó la Fiscalía a casi tres años de que este Tribunal en una decisión encomiable mandó a investigar los delitos de La Nueva Provincia y todavía estamos esperando que se procese a su directivo».

Además hizo referencia al presidente de la Cámara Federal de Bahía Blanca, Néstor Montezanti, investigado en una causa por sus vinculaciones con la organización paramilitar Triple A y que en los últimos días el Consejo de la Magistratura decidió iniciarle un jury.

«Es en ésta, en mi ciudad, donde hasta hace unos días teníamos un integrante de la Cámara Federal, a un ex TCI del Destacamento de Inteligencia 181 que ejercía tan repudiable servicio en esta casa, en esta universidad, que tiene más de 60 víctimas, entre estudiantes, docentes y no docentes, muertos y desaparecidos», agregó.

Fernández Avello dijo que «estoy hablando de Néstor Montezanti, quien fuera presentado al destacamento por el genocida prófugo (el coronel) José (Osvaldo) «Balita» Riveiro, quien también cumplió funciones de inteligencia en Bahía Blanca y no sólo fue artífice del Plan Cóndor sino también de la Triple A».

«Este terrible personaje, a Montezanti me refiero, hasta ayer nomás daba clase en ésta universidad, tiene tres cátedras y a punto de cumplirse cuatro años de haberse cumplido su juicio académico hace pocas semanas se aprobó por unanimidad el mismo y se lo suspendió preventivamente», recordó, y agregó que «fue llamado por tres veces a indagatoria y hasta el momento con excusas pueriles no se ha presentado amparándose en sus fueros, verdadera rémora medieval que en pleno siglo XXI seguimos sosteniendo y ha sido declarado en rebeldía».