La causa Armas y la inocencia de Menem, Yoma y compañía
No hice ningún comentario porque quedé muy sorprendido con la noticia. No estaba siguiendo el tema del juicio, y me había quedado con la idea de que estaba más que acreditado como habían sucedido las cosas. Hace muchos años a que me resigné a la evidencia de que sólo por milagro podría haber algún atisbo de justicia en la causa Amia, habida cuenta de que -además de los asesinos- Israel y Estados Unidos están interesados en que el caso no se resuelve e igualmente se culpe a Irán (no es posible esto sin aquello), pero si tenía esperanzas de que hubiera justicia en este caso (para mi inescindible de la voladura de Río Tercero) habida cuenta de su sencillez.
Otra vez pequé de iluso.El fallo dividido del tribunal del fuero penal económico, que tan pésima reputación tiene, me hace sospechar muy mucho de los dos jueces que vieron a casi todos los imputados inocentes cual blancas palomitas (sobre todo porque el tercero consideró probado que no hay dudas de que esos mismos acusados son culpables).
Verlo a Mariano Cúneo Libarona -ahora canoso- y a Emir me recordó automáticamente a Lourdes Di Natale y su testimonio, que enlazó el tráfico de armas hacia Bosnia y Croacia con el atentado a la AMIA. Pienso en tantos asesinatos disfrazados de suicidios, en la caída del helicóptero sobre el campo de polo y sobre todo en la epopeya de Ana Gritti, que murió sin que hubiera justicia e inbtuyemdo que no la habría, y sobre todo en la esmirriada ex secretaria de Emir y fugaz esposa de Cúneo (de la que en alguna parte guardo un casete con declaraciones suyas inéditas) y su amargo fin, todo indica que asesinada, y me da infinita tristeza que la valentía de ambas no haya servido de nada.
Si no hay profundas reformas en la justicia, volveremos a estar en el horno.