PERIODISMO: Muerte y resurrección

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La rana hervida: informe sobre la muerte y resurrección del periodismo

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POR JORGE BUSTOS / JOT DOWN

Sostiene el autor: «El periodismo de todos y para todos empieza justamente donde acaba el interés general. Así que cuanta más democracia, menos democracia. A eso le llamo yo la paradoja democrática». Y más adelante: «el Homo sapiens sapiens, por mucho que se diga, tiende a la horizontal como gato de vieja (…) Resignémonos por tanto a la próxima hegemonía del infotainment, que dicen los yanquis (…) Entramos en la era de las mentiras, la idiotez (…) donde no habrá ningún árbitro fiable que pueda establecer la realidad o los hechos (…) Habrá un recorte drástico del número de vocaciones literarias y de lectores de libros, objetos que como sabemos suelen superar los ciento cuarenta caracteres. Leer o escribir son esposas incompatibles con las putas ruidosas de Whatsapp y Twitter (…) El público volverá a ser la élite: esas treinta mil personas que leen en España”.
Y más: “Hay que agradecer que la primera especie en ser aniquilada vaya siendo la del reportero que dice valer más por lo que calla que por lo que cuenta”. Y aunque el autor temo que rotularía a quien escribe de «humanista quejumbroso» (espero que no de “cotilla profesional”, que mucha veces es el estadio renacuajo, alevín del futuro periodista) también ofrece motivos para la esperanza:
“… no está nada clara la desaparición total del periódico; quiero decir de su formato intelectual, no de su soporte. Si desaparece el periódico, ¿de dónde demonios copiarán las webs? Durante siglos el periódico ha fiscalizado al poder y divertido al pueblo —cuando ocurre al revés se le llama BOE—, y durante decenios su personal receta diaria de información y opinión ha nutrido generosamente no solo a parrillas y escaletas, tertulias y noticieros, sino también a los propios agregadores de noticias online, pomposamente autodenominados «diarios digitales», parásitos voraces del ecosistema. Es cierto que hay portales medianos capaces de pagarse su propia redacción y sus propios reporteros, que salen a la calle y traen noticias propias a la web: es el ideal y de su consolidación depende el futuro mismo del oficio en su esencia más noble.”
Además, dice, hoy se lee más que nunca, y agrega: “Defendamos lo nuestro hasta que llegue el sheriff que obligue a los rateros a pagar por nuestro trabajo. Pero tengamos claro que al periodismo, como siempre, lo acabará salvando la opinión, la interpretación de lo que sucede. El periódico es un órgano de opinión: está opinando, también cuando informa, desde la misma elección del tamaño de letra y el lugar de un titular”.
No conocía al autor, un joven (al menos, en términos relativos) periodista madrileño ¡que se gana los garbanzos como tertuliano forofo del Real en programas de TV! (ya quisiera yo que me pagaran por hablar de San Lorenzo!), y buscando, me encontré este otro artículo suyo sobre el gran Negro Fontanarrosa, acaso el más unánimemente amado argentino de las últimas décadas.

Bueno, ya está bien de daros la tabarra (o la lata). Aquí tenéis los links de los artículos prometidos:

La rana hervida: informe sobre la muerte y resurrección del periodismo (I)

La rana hervida: informe sobre la muerte y resurrección del periodismo (y II)


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