UN DEBATE NECESARIO: ¿Es posible un peronismo proyanki?

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¿Y si las provocaciones al gobierno de España tuvieran un propósito?

Javier Milei no parece ser más que un instrumento de los «fondos buitre» como Black Rock y Vanguard. Es decir, al servicio del capital financiero referenciado en los Estados Unidos.

Que, como es lógico, ambiciona reemplazar a las empresas de origen español, las principales de Europa que han invertido en Argentina.

En su momento, en la época de las privatizaciones de la era menemista, no es un secreto para nadie, las empresas españolas primerearon a los estadounidenses, cuyas leyes y marcos regulatorios les impedían desembolsar coimas de la cuantía con que si podían sobornar las ibéricos, asesoradas por Roberto Dromi.

La novedad es que el descontento de las grandes empresas españolas (ilustrado en la pobreza de sus representantes ante la convocatoria madrileña de Milei) se ha trasladado al «circulo rojo», es decir a las grandes empresas locales, hace mucho trasnacionalizadas, que en gran medida auspiciaron su asalto a la cima de un Estado que pretende destruir.

Y es que estas empresas (como Aeropuertos 2000, Techint y Tecpetrol, IRSA de Elzstayn, el Grupo Werthein, Galperin y el grupo Clarín) tienen en común el deseo de ser intermediarios de la entrega de los recursos nacionales, y la necesidad de evitar ser dejadas de lado y a merced de aquellos buitres, mucho más poderosos.

Este descontento me parece evidente tanto en las declaraciones del antiguo patrón de Milei, Eduardo Eurnekian como, aún más, en la de  Javier Madanes Quintanilla, cabeza tanto de Aluar como de Fate, dos grandes empresas argentinas, quien no sólo califica a la UIA de «geriátrico» ultrapasivo sino que aboga por pasar de la resistencia a una ofensiva sobre el gobierno entreguista y advierte que enemistarnos con China es un camino suicida.

Las declaraciones de Madanes Quintanilla están «a la izquierda» o son más nacionalistas (como el lector lo prefiera) que la prédica de Guillermo Moreno que abomina de China y aboga por un entendimiento cordial con los Estados Unidos, entendimiento que según sus mismas palabras pasa por no confrontar con el patotero más grande y peligroso.

De todas maneras, Madanes acordó en los temas más importantes con Moreno.

Estaba en estas meditaciones cuando me llegó un videíto de Tik Tok de el periodista cordobés Tomás Méndez. Dude antes de difundirlo, porque difundirlo es promocionarlo, y su tomo suena derrotista, pero es una realidad sangrante que la Cámara de Diputados no sólo votó en general y sin ahondar en sus artículos la inicua «Ley Bases», que  es un rigor un estatuto del coloniaje y de la entrega, sino que tampoco abatió el horrendo decreto de supuesta necesidad y urgencia 70/23, que es el que está permitiendo y convalidando todos los atropellos llevados adelante por este gobierno que se comporta como si fuera de ocupación por parte de ejércitos extranjeros.

Por supuesto, y a solo a modo de ejemplo, no tengo dudas acerca del patriotismo del diputado Germán Martínez, jefe del Bloque de Unión por la Patria, pero si me parece un hecho que, como dice Méndez, la influencia de «La Embajada» sobre nuestros legisladores existe y es mucha, y no se traduce solo en la cantidad de alcahuetes que no se pierden ni una sola de las recepciones ofrecidas los 4 de julio.

 

 

Antes de subir de arreglármelas para subir el videito, había hecho una síntesis de los dichos de Méndez. Es esta:

«Hay un acuerdo para darle gobernabilidad al gobierno de Milei, acuerdo que en el Senado articulan Pichetto, Monzó y Massot. De Loredo también está en este arreglo, y la pata económica sería Moreno. Pichetto (como Moreno) da a este gobierno por terminado. Hay un acuerdo del capital y el trabajo (N. del E.; entiendo que se refiere a la CGT) para que sea ese espacio el que lidere lo que viene. La «Ley Base»  no es una ley de Milei, es una ley de todo el arco político, inclusive de los que votan en contra. De hecho. la reforma laboral la hizo el radicalismo de Loredo y también hay parte del peronismo ahí. Pasa que cuando no hace falta poner la cara, no se pone la cara.

Hay una simulación respecto a la «Ley Base». La estaba necesitando «la política», claramente (…) ¿Vos por que creés que Cristina sale ahora a hablar tres veces seguidas, en el peor momento de Milei? Hay peronistas con nombres y apellidos que están articulando con ese espacio, articulando la «Ley Bases» porque les conviene a todos. Un peronismo tipo Guillermo Moreno, Picchetto, ese peronismo. Y hay un peronismo kirchnerista también. Entre los 99 que votaron en contra, hay quienes les conviene que salga esa ley. La reforma laboral les sirve, el ajuste les sirve, las inversiones yanquis en Argentina y la entrega absoluta les sirven. Laura Richardson, con la primera que se sentó fue con Cristina, recién después fue con Minel. El país se está entregando. Andá a decirle a un neuquino que el país se está entregando ahora. Se te va a caer de risa. Te va a decir, loco, el país ya está entregado. La cigüeña que tengo a medio metro de mi casa, hace rato que saca el petróleo y se lo llevan afuera. No es ahora y con Milei, viene de antes. Andá a decirle a un sanjuanino que el país se está entregando. Está entregado hace rato. Andá a decirle a un mendocino del  fracking. Lamentablemente la entrega del país ya fue pactada. Hay quienes no quieren decirlo, pero están de acuerdo con eso. Lo del RIGI atenta claramente contra los recursos naturales, con que los tenga el Estado, ¿no? Le da todo a las multinacionales para que vengan a llevarse… Pero la pregunta es ¿por qué antes no se hizo nada? Porque no hizo nada para que esto no sucediera. Bueno, antes no era tan grosero como ahora. Pero no hizo nada para que esto no sucediera. Apenas sumió (el ministro de Economía de Macri, Nicolás) Dujovne, reconoció que el país estaba desendeudado. Y un país tan desendeudado no le sirve a nadie. Vos podés endeudar el país o para hacer lo que hicieron Rivadavia y Macri: robar. Rivadavia con la excusa de que iba a hacer un puerto que jamás se hizo. O podés endeudar al país para hacerlo mas productivo.

(…) La embajada pesa mucho acá, sobre todo en Capital Federal. La embajada manda. Y la embajada está en todos los partidos políticos, es transversal.  Y tiene una clara función, que los  embajadores argentinos deberían imitar, buscando negocios para las empresas argentinas. El embajador de Estados Unidos busca que sus empresas hagan buenos negocios. Cuando vos vas a las cenas, y no habló de las de 4 de julio, sino al resto de las cenas, y ves a todos los dirigentes políticos y a los senadores…»

Todo lo cual, me parece, amerita un análisis colectivo, que no tiene una relación directa, pero si tangencial como los debates que recorren el kirchenrismo, el peronismo, la izquierda, el progresismo, los nacionalistas sinceros y todos los que deberíamos conformar el Frente Patriótico al que se refirió (ver post anterior), el doctor Zaffaroni.

Lo que fogonea las sospechas más paranoicas es que nuestros diputados no hayan emprendido una ofensiva total para anular (que no derogar) el DNU 70/23, la llave que ha permitido y sigue permitiendo todos los estropicios y el desguace del Estado nacional que está perpetrando un gobierno que se comporta, repetimos, como si fuera de ocupación extranjera.

Milei no es un rey sino un bufón que oficia de virrey.

(Sigue)

EL PODER OCULTO

Las Conexiones entre BlackRock y Javier Milei. El rol de Darío Epstein, asesor del candidato libertario

En este análisis exhaustivo, el reconocido autor Horacio Rovelli arroja luz sobre las intrincadas conexiones entre el gigante financiero BlackRock y el candidato presidencial Javier Milei. A través de su artículo «BLACKROCK Y MILEI. BlackRock, su imperio argentino y el rol de Darío Epstein, asesor del candidato libertario», Rovelli desentraña la trama de influencias y poderes que dan forma al escenario político y económico argentino.

Explorando las Conexiones entre BlackRock y Javier Mileel. El rol de Darío Epstein, asesor del candidato libertario

BlackRock, un fondo con un abrumador patrimonio bajo gestión, se presenta como una entidad experta en maximizar rendimientos financieros. Rovelli destaca que esta empresa global emplea a más de 14.000 individuos en una red de oficinas distribuidas en 30 países. Sus activos bajo administración ascienden a un asombroso total de 7 billones de dólares, lo que supera 14 veces el Producto Interno Bruto (PIB) argentino. Esta influencia financiera no solo se manifiesta en su capacidad de inversión, sino también en su relevancia a nivel geopolítico, influyendo tanto en el FMI como en gobiernos de diversos países.

En el contexto argentino, BlackRock emerge como uno de los acreedores privados más significativos, con títulos de deuda que suman más de 2.000 millones de dólares, muchos de los cuales poseen cláusulas de jurisdicción extranjera. Además, Rovelli señala que la empresa participa como accionista en entidades de gran envergadura, incluyendo a Pampa Energía SA, importantes bancos privados y otras empresas estratégicas del país.

La trama se complica aún más al observar el rol de Darío Epstein, economista y representante de Milei ante el FMI. Epstein, quien también ejerce funciones en Pampa Energía SA y cuenta con experiencia en finanzas, ha sido clave en las negociaciones económicas del candidato libertario. Rovelli trae a la luz que Epstein es director de la Comisión Nacional de Valores (CNV) y participó en privatizaciones relevantes de empresas estatales en el pasado.

La relación entre BlackRock y Milei, resalta Rovelli, no solo tiene implicaciones económicas, sino también políticas. El autor examina el equipo que rodea al candidato y revela la presencia de figuras con conexiones al CEMA, un centro de estudios vinculado a los Chicago Boys, que fue fundado durante la dictadura militar en Argentina. Esta afiliación, señala Rovelli, arroja luz sobre la orientación ideológica y el enfoque económico de Milei y su equipo.

En la visión de Epstein, propuestas económicas clave toman forma. La meta de mantener un déficit fiscal en cero, bajar gastos y unificar el tipo de cambio, son algunas de las medidas propuestas. Rovelli profundiza en la crítica a estas propuestas, desmenuzando los posibles efectos en la economía y la población. También aborda la intención de unificar el tipo de cambio y los riesgos asociados con esta medida en relación con los salarios y la producción interna.

En resumen, el artículo de Horacio Rovelli publicado en El Cohete a la Luna presenta un análisis detallado de la relación entre BlackRock y el candidato Milei, revelando las conexiones financieras y políticas que configuran el panorama electoral argentino. El autor destaca cómo estas relaciones y propuestas económicas generan un debate fundamental sobre el futuro económico y político del país.

 

 


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